Recrudece violencia terrorista en Colombia |
La
Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (ALDHU) condena la nueva escalada de violencia que
vive Colombia, creándose un clima de elevada tensión, a raíz de una serie de atentados dinamiteros contra
estaciones policiales que han ocasionado una veintena de muertos y un centenar
de heridos.
Estos hechos que vuelven a poner en la agenda
internacional la violencia terrorista en Colombia, se producen en medio de un proceso para la
liberación unilateral de al menos seis prisioneros en poder de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y cuando se intentaba acercar a las
partes en conflicto a través de un eventual diálogo.
Los ataques ocurrieron horas después
de que las FARC aplazaran indefinidamente la liberación de cinco policías y un
militar, secuestrados desde hace más de doce años, invocando que la zona donde
se produciría su entrega había sido militarizada. Las liberaciones habían sido anunciadas en
diciembre como "un gesto de paz".
Atentados son condenados por la comunidad internacional |
Las autoridades colombianas acusan a las FARC
de estar detrás de estos atentados, lo
cual ha generado el rechazo dentro y
fuera del país, pese que hasta ahora el grupo beligerante no ha confirmado ni
rechazado esas versiones. Aunque tanto para la prensa como para la opinión
pública resulta paradójico que esta serie de ataques surja justo cuando
determinados grupos de la sociedad civil despliegan sus esfuerzos para hallar una salida negociada
al conflicto y en los momentos en que se
están realizando esfuerzos para la liberación unilateral de todos los
prisioneros en poder de la guerrilla, como un gesto de paz y disposición al
diálogo.
En solo dos días dos estaciones de policía
fueron atacadas con explosivos. El primero tuvo lugar en el municipio de Villa
Rica, departamento de Cauca, con un saldo de seis muertos y 42 heridos. El
segundo de esta serie, fue perpetrado en la localidad de Tumaco, departamento
fronterizo de Nariño, que ocasionó 11 víctimas fatales y más de 60 lesionados.
Esta creciente ola de atentados aumenta la desconfianza
entre los bandos, y las acusaciones contribuyen a exacerbar los ánimos, en
momentos que la sociedad y la comunidad internacional claman por la paz.
Según organizaciones de Derechos Humanos de Colombia, no es seguro que los tres atentados sean de
autoría de las FARC. El caso que más
dudas le genera es el de Tumaco, localidad
cercana a la frontera con Ecuador, que se ha convertido en un importante puerto
de salida de droga y de entrada de armas a Colombia. De hecho, según el
Ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, este ataque pudiera ser el
resultado de una alianza entre las FARC y los “Rastrojos”, una importante banda
de narcotraficantes de origen paramilitar.
Según el Presidente de
Colombia, Juan Manuel Santos, estas acciones hacen cada vez más difícil la
posibilidad de un diálogo con las FARC, y anunció que redoblará su ofensiva contra la
insurgencia. Por su parte la Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela
Holguín, anunció que el gobierno pedirá a la comunidad internacional condenar
los recientes atentados dinamiteros perpetrados en el país.
Coincidimos
con las declaraciones hechas por el
Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel
Insulza, quien manifestó que "Estos hechos representan una afrenta contra
el Estado colombiano y un crimen deleznable en contra de la población que
merece el rotundo rechazo de toda la comunidad internacional".
Sea
cual fuere el origen de esta nueva escalada de violencia, es urgente que tanto
el Gobierno de Colombia, la comunidad internacional, y los organismos de
derechos humanos, hagan todos los esfuerzos por esclarecer estos hechos y restablecer
en ese país las condiciones para avanzar en los diálogos de paz y convivencia
entre los colombianos.
Asociación Latinoamérica para los Derechos Humanos
(ALDHU)
Santiago de Chile, 3 de Febrero de 2011
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