350 muertos en incendio en penal de Comayagua en Honduras |
(Adital. Natacha Pitts) El incendio ocurrido en la noche de del
15 de febrero , en el presidio de Comayagua
(Honduras), que mató colectivamente a más de 350 detenidos e hirió a otros 60,
despertó la solidaridad de organizaciones de dentro y fuera del país. Además de
pedir que el Gobierno de Porfirio Lobo investigue las causas del incidente y
ampare a las familias con informaciones, solicitaron que se garantice a los
presos integridad y dignidad.
En un comunicado urgente,
el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras – Copinh
condenó la represión contra las cientos de familias que esperan saber la
situación de sus parientes. Según el Copinh, las familias fueron recibidas con
bombas de gases lacrimógenos y balas de goma al acercarse al presidio de
seguridad máxima para conocer el paradero de los suyos.
La iglesia católica de la
Diócesis también se manifestó y pidió que todos se unan en un esfuerzo común
para aliviar las necesidades más urgentes de las familias y de los
sobrevivientes de la "peor tragedia en la historia de los centros penales
de nuestro país”.
En un documento firmado por Monseñor
Roberto Camilleri, Obispo de la Diócesis de Comayagua, se recuerda y critica la
situación inhumana y de inseguridad a que están sometidos los presidiarios
hondureños, sobre todo los que están detenidos en el Centro Penal de Comayagua,
prisión de máxima seguridad con capacidad para 250 personas, pero que era
ocupada por 852 presos.
Monseñor Roberto Camilleri hizo
además un llamamiento a las organizaciones hondureñas para que reivindiquen a
las autoridades del Estado la garantía de tratamientos dignos y respeto a la
integridad de los prisioneros para que no se repita una nueva tragedia.
Según informaciones de
Amnistía Internacional (AI), la situación en el presidio de Comayagua es
crítica y todavía hay personas heridas y cuerpos carbonizados en el lugar.
Familiares exigen investigación del incendio en el Penal |
Esther Major, investigadora
de América Central de Amnistía convocó al gobierno a dar una respuesta.
"Es esencial que los sobrevivientes del incendio y los familiares de los
fallecidos sepan la verdad de lo ocurrido y los sucesos que desembocaron en
esta terrible pérdida de vidas”, apeló.
Consciente de lo ocurrido,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se manifestó lamentando
las muertes y solidarizándose con las familias de los fallecidos y heridos. La
CIDH pide que el Estado tome de inmediato las medidas necesarias para realizar
la identificación de los fallecidos en la tragedia y que divulgue una lista con
los nombres. Además, recuerda que las familias de los heridos también necesitan
ser informadas sobre la condición de salud de sus parientes y sobre la
transferencia hacia hospitales u otros centros penales.
Miembros de la Comisión ya
solicitaron permiso para ir urgentemente al país y van a visitarlo en los
próximos días a fin de realizar el seguimiento de la situación de los derechos
humanos de las personas privadas de libertad. En el próximo período de
sesiones, que va del 19 al 30 de marzo, el caso va a ser llevado a audiencia.
Organizaciones, iglesia y
defensores de derechos humanos están, con una sola voz, clamando al Gobierno
para que investigue el caso, castigue a los responsables y evite que los
centros penales de Honduras sean nuevamente escenario de tragedias.
El incendio en Comayagua
no es el primero que ha ocurrido en prisiones de Honduras. En 2004, el fuego
tomó la cárcel de San Pedro Sula y mató a más de 100 personas. Ocho años
después, más detenidos murieron en las mismas condiciones por no lograr escapar
de las celdas.
Más información en:
http://www.rnw.nl/espanol/bulletin/incendio-en-penal-de-honduras-deja-m%C3%A1s-de-300-reos-muertos-3
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