Politizar desastres naturales es mezquino |
El terremoto y
maremoto que azolaron al país el 27 de Febrero del 2010, constituyeron un
cataclismo que afectó seriamente a Chile. Miles de compatriotas han sufrido sus
consecuencias. La destrucción material de viviendas, puentes, caminos, obras de
infraestructura, fabricas, centros deportivos, iglesias, bienes patrimoniales,
no superan el incalculable valor de la pérdida de vidas humanas.
Politizar estos
azotes naturales, pretendiendo sacar rédito político de sus consecuencias, es
una actitud mezquina que envilece a quien las adopta; buscar culpables del terremoto,( el segundo
más violento en la historia de la humanidad), entre los funcionarios públicos
que en el ámbito de sus atribuciones y con los recursos disponibles en medio
del cataclismo, hicieron una o adoptaron otra decisión. Por eso, pretender
cuestionar la capacidad de liderazgo y apuntar a que las “responsabilidades políticas” alcanzan también a la
Ex Presidenta Bachelet y a sus ministros, frente a esta tremenda
emergencia, es un despropósito y un aprovechamiento político que no tiene
justificación y que la ciudadanía no comparte.
Así mismo, es
una torpeza reducir la responsabilidad de la reconstrucción exclusivamente al
ámbito gubernamental midiendo con mezquindad los avances, no son los caminos
que nos llevarán a dejar atrás esta tragedia.
La magnitud de
aquella tragedia aún está viva en las miles de familias que perdieron sus
viviendas y que se aprestan a pasar el segundo invierno padeciendo los rigores
del clima, esperando aún una solución que les devuelva sus viviendas.
Lo único
esperable de quienes ejercen liderazgo en una nación azotada por la naturaleza,
es tener la nobleza de encarar con coraje la tragedia, sus consecuencias y las
tareas que demanda su superación, con unidad de esfuerzos y serenidad de
espíritu.
Lo que Chile
espera es que sumemos todos los esfuerzos, todas las voluntades y todos los
recursos, para levantar al país, reparar lo dañado, reconstruir lo perdido en
un tiempo prudente, para sí aliviar y auxiliar a las familias que perdieron bienes
y seres queridos, actuando con generosidad, solo así contribuiremos a sanar el
alma de Chile de las heridas que este cataclismo nos dejó.
JUAN PABLO
LETELIER
VICEPRESIDENTE
DEL SENADO
CHILE
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