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miércoles, 8 de diciembre de 2021

El populismo radical, la libertad en peligro

Diferentes movimientos que se hacen llamar “nueva derecha” están consiguiendo entrar en la política debido al descontento existente con el mundo político. Ellos se erigen como portavoces de un pueblo al que creen representar. Aunque han vivido de la política más tiempo del que suelen admitir, se consideran outsiders (que están fuera del sistema). Y se presentan como personas normales que dicen lo que piensan, sin embudos.



Estas fuerzas, en todos los países en donde se desarrollan, se centran siempre en los peores aspectos de la sociedad del país para crear terror y miedo. Dicen lo que piensan, aunque sea a veces equivocado o dañe a todos. En cambio, se defienden de los ataques de otros pidiendo «libertad de expresión».

Ellos dicen (a los que quieran escuchar); enfoquen sus miradas en la diversidad, miren es un enemigo traicionero. Miren:

  • al enfoque de género es negativo y va en contra de la familia.
  • a las etnias, culturas o regiones diferentes deben marcharse o convertirse, para protegernos.
  • al crimen, la delincuencia y las manifestaciones, vamos a acabar con todo eso. Todos irán a la cárcel.
  • a los de una religión diferente (evangélica, católica, agnósticos, laicos musulmanes, etc.…)

Vamos a defender a uno de estos grupos:

  • Blanco, católico, estricto.
  • Ario, evangélico, fascista.
  • Latino, judío, etnocentrista
  • De la sierra, católico, negacionista
  • etc.

Estos grupos políticos quieren socavar los valores y el respeto a lo diferente (en contra de los valores democráticos): provocan la confrontación dentro de la sociedad (odio hacia el otro). Sin embargo, aunque el odio se disemina entre toda la población, pocos son pertenecientes al grupo de “elegidos”. Cada miembro de la sociedad tiene a qué odiar del otro que no cumple las características elegidas: El blanco odia al negro, pero el negro puede odiarlo también por no ser católico. De este modo, crece el odio dentro y entre la sociedad. Centran la  mirada en la diferencia, añadiendo características demoníacas (a posiciones políticas, nacionalidades, religiones, etnias, etc.). Nadie sabe si va a caer dentro del grupo o será considerado un enemigo de la sociedad, un demonio o una bruja.

Todos estos cuestionamientos o requisitos van en contra de la libertad de las personas:

Para vivir en esa sociedad no se podrá ser mujer independiente, homosexual, ni islámico, ni izquierdista o cristiano, porque algún día, cuando ese actuar evolucione y se convierta en un estado de tipo autoritario, podría correr peligro y tener que migrar.

Asimismo, estos grupos también dicen creen en fabulaciones y confabulaciones sobre el rol de género, el cambio climático o la salud (coronavirus); ellos son los únicos que vieron la maldad en las invenciones en estos fenómenos: No hay cambio climático, no existe el coronavirus y las mujeres no sirven para el mundo laboral; habría un «ente» que los habría impuesto; un ente islámico, de alguna corriente política o de algún país «enemigo».

Los nuevos valores

Su obsesión se centra en la satanización de la diferencia. El respeto a la diferencia nació en los gobiernos democráticos, en la revolución silenciosa social. Ahora quieren eliminar esos valores para imponer otros. La estrategia de satanización debería hacer surgir los nuevos valores de este movimiento:

  • Negacionismo: negación de la existencia del coronavirus, el cambio climático y, en general, la ciencia.
  • “Derecho a la diferencia”: Se refiere a que en una sociedad debe de poder prohibir la entrada de otras personas ajenas. Sin embargo, esta medida no se refiere a la migración no europea, en los discursos de América latina.
  • Antifeminismo: desconociendo el valor de las mujeres en la sociedad y eliminando sus derechos (voto incluido)
  • Honestidad: Elaborando discursos falsos y abanderando la libertad de expresión para protegerlos (por ejemplo, negación de los homicidios por parte de las dictaduras o explicando la necesidad y el beneficio de eliminar a jóvenes, izquierdistas, mujeres, homosexuales, etc. durante esos regímenes).
  • Orden y Paz: Eliminación de la autonomía de los ciudadanos mediante un control autoritario que elimine la libertad, quedando la democracia en un estado latente, inexistente.

Así los nuevos valores de estos grupos políticos quieren eliminar la democracia y sustituir sus valores por estos nuevos.

Es en este escenario de confrontación que ellos crearon, el único punto en común que tienen todos sus seguidores es la búsqueda de una supuesta “Paz y el Orden» por el descontento que ellos aglutinan; aunque se trata de un descontento disperso y que discrimina también a sus miembros.

Sin embargo, sus seguidores no se dan cuenta que esa paz y ese orden tendrá una víctima, la democracia. En un régimen autoritario, como una dictadura, tal vez el lector quede en alguna categoría en la que pueda ser desaparecido: Evangélico, musulmán, blanco, marrón, mujer, homosexual, migrante, indígena, liberal, de izquierdas, de mar o montaña.

En ese escenario las personas se volverán eslabones de una maquinaria autoritaria y tergiversadora de realidades. El proceso de la “nueva derecha” culminará cuando todos seamos iguales o desaparezcamos y ellos sean líderes de lo que quede. Estos partidos, igual que el islamismo radical, quieren un retorno al pasado, un pasado fascista, intolerante, autoritario, ordenado y sin libertad.

¿Qué ganas tu en todo eso? Que no te gane el miedo. No te conviertas en uno de sus demonios: discriminador, provocador de miedos y autómata. No seas un robot. Protege tu identidad, protege la democracia.


Artículo Opinión: Gil Badiella

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