En los últimos meses se han abordado los diversos efectos de la pandemia en la sociedad, pero poco se hablado sobre cómo hoy las empresas juegan un rol decisivo en promover y hacer valer los derechos humanos de sus colaboradores, colaboradoras, clientes o de las comunidades con que se relacionan Respetar y promover los derechos humanos es fundamental siempre para mejorar la calidad de vida de todos quienes son parte de la “cadena de valor” de una compañía y ante esta contingencia esa perspectiva no se debe desplazar.
La compleja realidad que enfrentamos a causa del Covid-19, puede presentar un sinfín de graves afectaciones a los DDHH de colaboradores y colaboradoras; pasando por el hecho de que trabajen sin elementos de protección laboral específicos para prevenir contagios, hasta no tener acceso oportuno a información sobre los protocolos de la empresa respecto de los procedimientos a cumplir en el marco de la pandemia.
Es por esto que hoy resulta más importante que nunca sacar de la invisibilidad a los llamados Principios Rectores de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Empresas, los que fueron promulgados por dicha entidad el año 2011. Estos principios establecen que todas las compañías tienen la obligación y responsabilidad de respetar los DDHH y hacer frente a las consecuencias negativas sobre los ya mencionados derechos, en las que tengan alguna participación.
Pero ¿cómo llevamos estos principios a la práctica? ¿las empresas están realmente al tanto de su propia situación en materia de Derechos Humanos? La respuesta a estas interrogantes y el cómo resolverlas, se puede concretar a través del uso de herramientas especialmente diseñadas para verificar, hacer seguimiento y corregir los procesos internos de una compañía.
En este caso puntual nos referimos al uso del instrumento conocido como Debida Diligencia en Derechos Humanos, proceso continuo de gestión, que acorde a las circunstancias del momento -sumado a características como el sector donde la empresa opera, o el contexto en que realiza su actividad- permite a esta última hacer frente a su responsabilidad de respetar estos derechos tanto de manera directa o indirecta.
Implementar la Debida Diligencia en Derechos Humanos, metodología en donde Arcadis ha sido pionero en nuestro país, al aplicarla en su propia operación para asegurar su cumplimiento y así fortalecer la cadena de valor de sus clientes, permitiría despojarse de aquellas “piedras en el zapato” con las que conviven a diario muchas empresas porque desconocen su real situación en este ámbito y más aún la de sus subcontratos. De esta manera pueden identificar a tiempo las consecuencias negativas- reales y potenciales- que conlleva no respetar los DDHH; y también diseñar un plan de acción que establezca las medidas necesarias para adoptar, prevenir, mitigar y reparar estas consecuencias.
Lo anterior es de vital importancia sobre todo considerando que la gran mayoría pasa por alto que el desconocer y no gestionar los riesgos en derechos humanos puede afectar seriamente a una institución; provocando conflictos con las comunidades, trabajadores y ONG’S, generando boicot de los consumidores u ocasionando causas judiciales, entre otros escenarios para nada favorables.
En momentos donde nos vemos enfrentados a una crisis sanitaria, marcada por la incertidumbre, es vital contar con medidas que nos aporten certezas y sobre todo en materia de DDHH, ante los nuevos riesgos en la salud y seguridad que impone esta pandemia para los trabajadores y comunidades. Estas certezas pasan por adoptar procesos que sean una ayuda a la hora de sortear posibles vulneraciones económicas, sociales y culturales. De esta forma, las empresas podrán forjar su camino y guiar sus conductas acordes a los principios de Derechos Humanos.
Fuente: El mostrador
Vilma Pérez, Líder Área Medio Ambiente de Arcadis
No hay comentarios:
Publicar un comentario