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miércoles, 1 de julio de 2020

Derechos Humanos investiga el caso de la abogada Susana Prieto, que encara su cuarta semana en prisión preventiva

La activista encarcelada en Tamaulipas ha reclamado protección y el Gobierno ha solicitado su libertad



La abogada laboralista Susana Prieto Terrazas lleva ya 22 días durmiendo en la cárcel tras una detención irregular y unos delitos que no están considerados graves y que han motivado el pronunciamiento a su favor del Gobierno federal y diversas organizaciones sindicales y relacionadas con los derechos humanos de México y otros países. Por último, la Comisión Nacional para los Derechos Humanos (CNDH) que preside Rosario Piedra Ibarra ha hecho suyo el caso, es decir, abrirá un expediente de investigación.

Prieto Terrazas (Ciudad Juárez, 1966) ha enfocado desde hace años su activismo hacia la mejora de los derechos laborales de miles de obreros que se desempeñan en las fábricas de la frontera de México con Estados Unidos en condiciones precarias y en ausencia de representación sindical que les ampare de los abusos empresariales. Esta dedicación le ha granjeado amenazas de toda clase que se concretaron en una detención el pasado 8 de junio por unos hechos ocurridos el 10 de marzo. Se le acusa de motín, amenazas y delitos contra servidores públicos en una concentración de trabajadores frente a la Junta de Conciliación y Arbitraje de Matamoros (Tamaulipas). No son delitos que justifiquen una prisión preventiva, pero por dos veces se le ha pedido a la jueza Rosalía Gómez Guerra que la saque en libertad mientras espera el juicio y por dos veces la petición ha sido rechazada alegando una posible huida del Estado de Tamaulipas, en el que reside con su familia. En este mismo sentido se ha pronunciado recientemente la secretaria de Trabajo, Luisa Alcalde, en un comunicado en el que exhorta la imparcialidad del proceso “evitando que la administración de justicia penalice el activismo social”. Desde la Secretaría de Trabajo se hace un llamamiento a las garantías procesales para que la abogada “pueda seguir su defensa en libertad, dado que para los delitos de los que se le acusa la ley no establece prisión preventiva oficiosa”. Igual de contundentes son los comunicados de la comisión de derechos humanos.

La tercera audiencia con la jueza estaba prevista el pasado viernes, pero en el penal se cayó el sistema eléctrico, según dijeron, y no pudo celebrarse la videoconferencia. Prieto Terrazas está encarcelada de Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, aunque fue detenida en la ciudad donde vive con su familia, Matamoros, en la frontera norte. El 1 de julio se intentará de nuevo retomar ese proceso.

El pasado viernes, la hija de la abogada tuvo la oportunidad de reunirse con la titular de la CNDH, una visita de la que salieron con muy buena impresión. Solicitaron a Rosario Piedra Ibarra que se revise la prisión cautelar y que se le conceda el mecanismo de protección que el Gobierno mexicano reserva a activistas y periodistas por las dificultades y peligros de su trabajo. “El CNDH ya ha reconocido el activismo que desarrolla Susana Prieto Terrazas en favor de los derechos humanos y de los trabajadores, ahora solo falta que se active el mecanismo, que influiría para evitar esta detención irregular, algo que depende de la Secretaría de Gobernación”, explica la portavoz de la familia, Alina Alvidrez. La abogada laboralista ya había solicitado esta protección en marzo de 2019 en razón a las amenazas que sufría. Su tarea es molesta para las grandes empresas implantadas en la frontera norte de México, que se alimentan de mano de obra barata, casi esclava, y desprovista de derechos laborales.

Prieto Terrazas lleva años instando a los trabajadores a que se alíen, se sindiquen y reclamen lo que les corresponde. “Expusimos ante la titular de la CNDH que la violación del derecho al trabajo de Susana Prieto deja en la indefensión a miles de trabajadores a los que representa como abogada litigante”, dice la portavoz familiar.

La abogada, de carácter pertinaz y luchador, puede recibir la visita de su marido tres veces en semana, lo que le garantiza una alimentación especial que requiere debido a su hipertensión, explica la portavoz, y añade: “Ella está bien, pero a veces cae en la desesperación, porque casi tres semanas después de su encierro, no ve claridad ni voluntad para salir”.

Fuente: El país.

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