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viernes, 15 de julio de 2016

Niñas, niños y jóvenes principales víctimas de violencia en América Latina

Los niños, niñas y jóvenes resultan hoy las principales víctimas de la violencia y del crimen organizado en América Latina, refiere un estudio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentado en Panamá.

Según el informe, las pequeñas son cada vez más utilizadas como mulas para el tráfico de droga, por lo que generalmente están expuestas a las redes de narcotraficantes, a enfrentar condenas penales por estos delitos y a la violencia sexual y de género.
Incluso muchas de ellas son forzadas a mantener relaciones íntimas con integrantes de los grupos criminales y a ejercer la prostitución, precisa la investigación.
Mientras los varones son los más afectados por la violencia y el actuar del crimen organizado, en tanto su doble rol de víctimas y agresores, los obliga a ser traficantes y vendedores de sustancias ilícitas, a la par de sicarios como ejecutores de acciones violentas.
El texto Violencia, niñez y crimen organizado analiza, además, el impacto de la violencia y el crimen organizado sobre los derechos vulnerados de niños y niñas, y la incapacidad de los Estados de proporcionarles una protección especial adecuada.
“Compartimos con la CIDH la preocupación por el aumento en la región de los homicidios que afectan principalmente a niños y jóvenes entre 15 y 29 años, crímenes que en la mayoría de los casos están vinculados al actuar de grupos violentos y del crimen organizado”, expresó Belinda Portillo, directora del Plan International Honduras.
La funcionaria también mostró preocupación por la tolerancia social ante estas formas de violencia y que su persecución adolezca de altos niveles de impunidad.
Por ello, la organización lidera el movimiento global Por ser niña, que busca transformar las relaciones de poder para que todas, en todos lados del mundo, puedan aprender, liderar, decidir y prosperar, dijo.
Y es que pese al conocimiento pleno de esta realidad, no existen suficientes políticas y programas enfocados a prevenir la violencia contra las niñas; por el contrario, ellas son estigmatizadas, y en algunos países criminalizadas por ser víctimas de la trata y la explotación sexual, acotó.
El informe resalta las situaciones de violencia, abuso y negligencia que padecen las niñas, niños y jóvenes en sus hogares, comunidades y escuelas, por parte de personas adultas, de sus padres, e incluso de la policía.
De igual forma, alerta sobre la deficiente calidad educativa, los obstáculos para acceder a la educación secundaria y la falta de oportunidades laborales y de un empleo digno.

“(…) Invertir más y mejor en políticas públicas para la educación, formación profesional y acceso al empleo; cultura, deporte y recreación de niños, niñas y adolescentes tiene un gran retorno en términos económicos para toda la sociedad, a la vez que fortalece los sistemas democráticos”, aseguró Portillo.

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