Esta semana se dio a conocer en una revista mexicana la
traducción extraoficial del informe “Comentarios sobre la muerte de Yudi
Macarena Valdés Muñoz” hecho por el médico forense británico de la Corte Penal
Internacional John Clark [1]. La familia está esperando la traducción oficial
que aún debe ser presentada a la Fiscalía.
Van tres años de impunidad en el caso de la defensora
mapuche Macarena Valdés Muñoz y esto no es sólo una consigna, sino un proceso
de hostigamiento constante a la vida de la familia y la comunidad de la
defensora.
Muestras de autodefensa
En sus comentarios a los informes anteriores al cuerpo de
Yudi Macarena Valdés Muñoz, el doctor Clark puntualiza: “Hay mucha información
perdida acerca de las circunstancias de la muerte de esta mujer… es posible que
la muerte se deba a un ahorcamiento suicida, pero antes de aceptar esta
conclusión varias preguntas necesitan ser respondidas”.
Subraya que en las fotografías de la primera autopsia del
Servicio Médico Legal de Valdivia hecho por Doctor Enrique Rocco Rojas y en las
demás fotografías de la autopsia practicada por el Doctor médico forense Luis
Ravanal Zepeda, ve “imágenes diferentes a las que se describen en el primer
informe de autopsia del Doctor Rocco Rojas del SML de Valdivia. Clark, entre
otras interrogantes, se pregunta: “si la muerte podría haber tenido el
resultado de una ligadura de estrangulación por otra u otras personas, es
decir, un objeto tirado con fuerza alrededor del cuello para parar la
respiración”. Esto porque considera que “no es común ver una marca tan
irregular. Hay un intento de sacar la cuerda, visto por lo que podrían ser
marcas de dedos por encima de la marca y rasguños alrededor, más lo que parecen
ser signos de asfixia en la cara en presencia de una marca que no es
circundante. Ninguno de estos hechos fue comentado por el primer patólogo y
mucho menos analizado, pero debieron haber sido analizados debido a su
naturaleza inusual… no hubo un ahorcamiento con parcial suspensión, entonces
hay una posibilidad definitiva que esta mujer no murió por un ahorcamiento
suicida, pero si por estrangulación, de un objeto sostenido alrededor de su
cuello por alguien y apretado”. Faltan “marcas de agarre de brazos y piernas,
pero no es difícil imaginar una situación en la que no se han causado estas
necesariamente, si ella fue restringida de otras maneras”, dice.
Es decir, podemos deducir que Macarena no se colgó, pero sí
la estrangularon con una ligadura, ella trató de quitarse la cuerda, luchó
probablemente para ello, y no lo logró porque una o más personas se le
opusieron tirando de la cuerda “con fuerza” y sosteniéndola a ella para que no
pudiera casi moverse.
“Trauma social” y
aniquilación
Lo que sucede con la
comunidad Newen de Tranguil, como con otras comunidades mapuche en resistencia
a las trasnacionales, se vivencia por la gente afectada como acorralamiento
emocional -además del concreto-.
Por 17 años en Dictadura, otros niños y niñas, jóvenes y
gente adulta vivenciamos lo que la “psicología social” nombra como “trauma
social” y que, concluye, traspasa generaciones y por lo tanto, no ha cesado
desde septiembre de 1973: secuestros, informes de autopsia falsos y entre otras
cosas, discursos de autoridades que describían todo eso como “una guerra contra
terroristas”. Esta forma de operar hoy, parece concentrarse en Wallmapu.
“De madrugada suelen venir vehículos que se colocan fuera de
la casa y escapan rápidamente antes de que alcancemos a identificarlos o
fotografiarlos, hemos sentido seguimientos cuando vamos a la ciudad, siempre
extrañas interferencias en las llamadas por celulares, gente que viene a
indagarnos, investigarnos sin decirlo directamente, nos han mentido, se han hecho
pasar por periodistas y en realidad han sido gente cercana a la empresa.
Carabineros les ha dicho a vecinos: no se junten con los Collío”, declara Rubén
Collío.
A la familia de Macarena, en los últimos tres años, les han
envenado a cuatro mascotas, a la última lograron salvarla, pero los perros
anteriores no tuvieron la misma suerte y murieron provocando el espanto y dolor
de su dueños, especialmente de los cuatro niños, hijos de Macarena.
Durante 2017 y 2018 hubo acoso telefónico a mujeres de la
comunidad amenazando que “les pasaría lo mismo que a la mujer de Collío”; esto
al punto de que algunas de ellas decidieron quedarse sin celular. La familia y
otras mujeres que han sufrido estas acciones de amedrentamiento al cabo de
estos años -en que nos hemos mantenido en contacto- nos han relatado problemas para dormir, ansiedad y
angustia, entre otros síntomas. “Cuándo será la próxima agresión y qué
consecuencias tendrá”, suelen preguntarse.
Todo esto son acciones de aniquilación emocional a personas
que se rebelan ante la injusticia y no se callan, lo sabemos por la memoria de
este país.
El 9 de febrero 2018 Rubén Collío Benavides estaba
acompañado por su abogada Natividad Llanquileo cuando fue recibido en Santiago
por el fiscal nacional Abott y el fiscal Torres, y afirmó: “El de Macarena fue
un asesinato, era una mujer llena de vida y de fuerza, sin razón para quitarse
la vida. Esto fue para lograr actuar al margen de la ley, para construir una
central de paso. Cuando comenzamos a denunciarlos vinieron amenazas y luego el
asesinato de mi esposa”. El fiscal nacional en esa ocasión –estábamos presente-
prometió: “Podemos pedir la carpeta y revisarla, enviarla a la Unidad de
Delitos Violentos e incluso a la Unidad de DD.HH. y abrir la investigación en
otra línea porque nuestra función es la verdad”.
La familia y la comunidad de la defensora mapuche Macarena
Valdés Muñoz aún está en espera de que esa verdad realmente se investigue y se
revele para que se juzgue por fin a los culpables.
[1] El patólogo británico John Clark es un referente mundial
de la medicina legal. Ex director del Departamento de Medicina Forense de la
Universidad de Glasgow, ex patólogo jefe del equipo forense designado por el
Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) -donde realizó los
exámenes post mortem de las víctimas de las matanzas en Srebrenica- y actual
perito de la Corte Penal Internacional (CPI).