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martes, 5 de julio de 2016

Juan de Dios Parra, secretario general de ALDHU señaló que “el agua potable debe ser un derecho que todos los Estados debiesen asegurar a sus ciudadanos”

Las declaraciones, se enmarcan en un informe del Consejo Mundial del Agua, que señala en cerca de 50 millones de personas se encuentran sin este vital elemento sólo en América Latina.
Que el 2016 nos traiga mucha agua (potable) 
www.elpais.com


Brindar acceso a servicios de agua y saneamiento de calidad a poblaciones cada día más urbanas no será tarea fácil en América Latina y El Caribe

América Latina y el Caribe albergan más del 30% de agua dulce del planeta, desde los glaciares de las montañas de los Andes, hasta los bosques de los volcanes en Centroamérica. Sin embargo, un cuarto del territorio de la región está cubierto por zonas áridas. Y aunque solo seamos un 6% de la población mundial, los efectos del cambio climático a través de inundaciones y sequias han aumentado en intensidad y frecuencia, afectando peligrosamente las fuentes de agua, tanto en los pueblos como en las ciudades. Por ende, brindar acceso a servicios de agua y saneamiento de calidad a poblaciones cada día más urbanas no será tarea fácil.

En las últimas dos décadas, la región de América Latina y el Caribe ha estado a la altura de los desafíos en términos de acceso: entre 1990 y el 2015, más de 220 millones de personas (de un total de 600 millones) se incorporaron a los servicios de agua y saneamiento. El porcentaje de personas con acceso a mejores servicios de agua pasó del 85% al 95% y en saneamiento adecuado el porcentaje aumentó del 67% al 83%.


Pero no podemos quedarnos ahí. Hoy todavía quedan 34 millones de personas sin acceso a agua, y las cifras son más alarmantes para saneamiento: 106 millones no cuentan con acceso a uno adecuado y 19 millones defecan al aire libre. Como es de esperar, las estadísticas son aún más alarmantes para los más vulnerables y las zonas más remotas del continente. La gran disparidad urbana-rural, se traduce en una cobertura de los servicios de agua y saneamiento rural en el 2015 (84% y 64%, respectivamente) semejante a la cobertura del sector urbano 25 años atrás.

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