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lunes, 30 de marzo de 2020

Human Right Watch denunció las detenciones “arbitrarias” y “desapariciones forzadas” que la dictadura de Nicolás Maduro ha perpetrado contra opositores en Venezuela

En el país sudamericano se habían registrado hasta 135 casos de personas privadas de libertad de manera arbitraria desde 2014, la ONG asegura que ese número se ha incrementado durante el último año.


La ONG Human Rights Watch (HRW) acusó a la dictadura de Venezuela de llevar a cabo detenciones “arbitrarias” y “desapariciones forzadas”, pidió a los dirigentes del chavismos que cesen “inmediatamente” en estas prácticas, mientras que ha solicitado a la comunidad internacional que presione e investigue estos supuestos abusos.

“Ya es bastante malo que las fuerzas de seguridad venezolanas hayan detenido arbitrariamente a miles de personas, pero también han recurrido a desapariciones forzadas, un crimen perverso y globalmente prohibido en todas las circunstancias, al ocultar deliberadamente el paradero de las personas detenidas”, señaló el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitió en julio de 2019 una denuncia similar, ya que aseguró que en Venezuela se habían registrado hasta 135 casos de personas privadas de libertad de manera arbitraria desde 2014, incluyendo desapariciones forzadas, algunas de corto alcance, puntualizó.

En cuanto a HRW, la ONG ha puesto el foco en la detención “arbitraria” del ejecutivo de la Corporación Petrolera CITGO, Tomeu Vadell Recalde, el 18 de marzo de 2020.

De acuerdo con la información que la ONG maneja, Vadell pudo llamar a su familia 42 días después de haber sido detenido junto a otros directivos de esta filial de Petróleos de Venezuela (PDVSA), acusados todos ellos de malversación de fondos, blanqueo de capitales y asociación para delinquir, tras llevar a cabo a una serie de acuerdos en perjuicio del Estado venezolano.

No obstante, su abogado siempre ha defendido que, tanto su cliente como el resto de detenidos, jamás llegaron a ratificar esos documentos.

SU FAMILIA TEME POR SU SALUD

Vadell estuvo detenido dos años en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar en Caracas (DGCM), hasta que un juez decretó arresto domiciliario en diciembre de 2019. Sin embargo, fue trasladado por agentes de Inteligencia de Venezuela a un lugar desconocido el 9 febrero de 2020. Su abogado denunció que sólo tuvo acceso a la orden que revocaba este beneficio penal diez días después.

A su vez, también demandó que ese mismo día, el 19 de febrero, cuando estaba programado su juicio, éste fue pospuesto. Desde entonces lo ha sido dos veces más.

La familia de Vadell teme por su salud, ya que sufre problemas cardíacos, renales y de hipertensión, los cuales podrían empeorar debido a la crisis sanitaria global por la pandemia de coronavirus que también ha afectado a Venezuela, en donde se han registrado hasta el momento 106 casos de contagio.

La desaparición forzada de Vadell no es un caso aislado, ha señalado HRW, "sino parte de un patrón de las autoridades venezolanas en los últimos años".

El Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias, por su parte, ha encontrado "un patrón de desapariciones forzadas a corto plazo de opositores políticos o personas percibidas como tales, y sus familiares" en Venezuela.

(Con información de Europa Press)

Fuente: Infobae

viernes, 27 de marzo de 2020

Por qué el coronavirus va a cebarse con los más pobres

En las ciudades hay grandes desigualdades sociales que previsiblemente se ensancharán y se harán más visibles por la pandemia de Covid-19



Hoy en día viven en ciudades más de 4.000 millones de personas, más de la mitad de la población mundial. Las ciudades están creciendo rápidamente incluso en áreas geográficas que eran básicamente rurales hace solo unas décadas. Quienes emigran a las ciudades buscan mejores puestos de trabajo, mejores servicios, una vida mejor para ellos y sus familias. Pero el efecto de la vida urbana sobre la salud puede ser mejor o peor, dependiendo de cómo se organicen y se gobiernen las ciudades. La actual pandemia de Covid-19 ilustra como nunca el efecto de la vida urbana y las políticas urbanas sobre la salud.


Las ciudades tienen por definición alta densidad de población, en ellas vivimos juntas muchas personas que interactuamos y socializamos nuestra vida constantemente. Esto es lo que da a las ciudades su energía, su impulso, su creatividad. En el caso de enfermedades respiratorias transmisibles como la infección por Covid-19, esa es también es la razón por la cual la transmisión de la enfermedad se acelera. Eso es lo que estamos viendo en las ciudades de prácticamente todo el mundo. Cuando el aislamiento de casos y el rastreo de contactos (el enfoque inicial de salud pública para controlar los brotes) se vuelve difícil porque los casos aumentan muy rápidamente o no son fácilmente identificables (porque se carece de pruebas diagnósticas, o porque la enfermedad puede ser asintomática), el distanciamiento social puede ser una estrategia necesaria. El distanciamiento social significa disminuir o incluso eliminar las interacciones personales cercanas. Pero interactuar con otras personas es una de nuestras necesidades principales como seres sociales y una de las características cardinales, para bien o para mal, de la vida urbana.

El distanciamiento social al que hoy asistimos en Filadelfia, en Nápoles, en Buenos Aires y en las áreas urbanas de todo el mundo es un experimento social sin precedentes, motivado por la amenaza de una enfermedad vírica que se propaga rápidamente de persona a persona y que, aunque es leve en la mayoría de las personas infectadas, es grave y mortal en una proporción pequeña pero significativa de quienes enferman. Si la transmisión se generaliza, incluso una proporción muy pequeña de casos graves puede provocar decenas o cientos de miles de muertes. Los sistemas de salud pueden colapsarse rápidamente, como ha ocurrido por ejemplo en el norte de Italia, lo que hace que haya más defunciones. Se hace urgente actuar y el distanciamiento social aparece claramente justificado por el rápido crecimiento del número de casos y la posibilidad de que muchos casos asintomáticos estén transmitiendo la infección. Pero lo cierto es que las consecuencias para la salud y para la sociedad en general de este gran experimento son por ahora muy difíciles de predecir.

Interactuar con otras personas es una de nuestras necesidades principales como seres sociales y una de las características cardinales, para bien o para mal, de la vida urbana

Si bien puede estar justificado en condiciones de pandemia, el distanciamiento social, especialmente si ha de mantenerse durante periodos largos, podría tener consecuencias dramáticas inesperadas para la salud de los residentes de las ciudades. El aislamiento social no solo afecta la salud mental, también puede afectar el desarrollo y la evolución de muchas enfermedades crónicas y otros problemas de salud. El aplazamiento de la atención médica para otras enfermedades, que ya está ocurriendo en todo el mundo a medida que los sistemas de atención sanitaria se sobrecargan y anticipan la afluencia de casos de Covid-19, podría afectar drásticamente la morbilidad y la mortalidad por diversas enfermedades crónicas. Permanecer en casa, como ya se nos pide en muchas de nuestras ciudades, a menudo puede significar largas horas de reclusión en viviendas abarrotadas e inadecuadas. Y eso puede tener efectos adversos para la salud. Casi la tercera parte de la población urbana de todo el mundo vive en barrios marginales.

Desde el punto de vista de la salud pública es clave el efecto del distanciamiento social sobre los determinantes sociales de la salud. Con empresas obligadas a cerrar, los despidos aumentan, ya hemos visto aumentar el desempleo. Muchos trabajadores carecen de licencia por enfermedad y perderán ingresos si enferman. Con los niños en casa, sin escuela, habrá padres y madres que no podrán trabajar. Los niños que dependen de las escuelas para las comidas perderán ese beneficio. Los trabajadores empleados en la economía informal, que son una proporción significativa del empleo en las ciudades de muchos países, verán desaparecer sus medios de vida. Todo ello puede tener enormes repercusiones sociales.

Permanecer en casa, como ya se nos pide en muchas de nuestras ciudades, a menudo puede significar largas horas de reclusión en viviendas abarrotadas e inadecuadas. Y eso puede tener efectos adversos para la salud. Casi la tercera parte de la población urbana de todo el mundo vive en barrios marginales

En las ciudades hay grandes desigualdades sociales que previsiblemente se ensancharán y se harán más visibles por la pandemia de Covid-19 y por nuestras respuestas a ella. Es demasiado pronto para saber cómo está afectando la pandemia a diferentes grupos sociales. Pero por lo que sabemos sobre otras enfermedades, lo más probable es que la infección por COVID-19 se concentre, sea más grave y tenga mayor letalidad entre los más desfavorecidos, que tendrán menos acceso a diagnósticos y tratamientos oportunos y de calidad, aunque el tratamiento para la infección sea hoy por hoy muy limitado. Los grupos sociales más desfavorecidos a menudo padecen más afecciones y enfermedades crónicas que los ponen en riesgo de enfermar gravemente y morir. Es previsible que, sobre todo donde no hay acceso igualitario a sistemas nacionales de atención de salud, esos sectores se vean más afectados por retrasos en el diagnóstico y tratamiento de otros problemas de salud. Y lo más importante es que los desfavorecidos socialmente sufrirán las mayores consecuencias económicas y sociales del distanciamiento social con implicaciones adversas aún no cuantificadas pero probablemente significativas para la salud.

La pandemia de Covid-19 no solo no anula los demás problemas sociales, sino que crea condiciones nuevas para su desarrollo y para el surgimiento de problemas nuevos

La pandemia de Covid-19 es actualmente el foco que concentra la atención de las autoridades y de la población, pero hay otros problemas de salud en las ciudades, otras epidemias más silenciosas que continúan y que en algunos casos cobran más vidas que el Covid-19: los homicidios y los suicidios, las defunciones relacionadas con el tráfico y con la contaminación atmosférica, las muertes por sobredosis de drogas o por alcoholismo, las defunciones por enfermedades crónicas prevenibles, las muertes infantiles evitables. Paradójicamente, por la reducción del tráfico y la actividad industrial está habiendo reducciones muy significativas de la contaminación atmosférica y presumiblemente ello reducirá las muertes relacionadas con el tráfico y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. El impacto de la pandemia de Covid-19 en el transporte nacional e internacional tendrá un efecto importante en la reducción de las emisiones de CO2 que causan el cambio climático. Todo esto muestra de una manera quizá perversa cómo la acción humana tiene efectos a menudo no buscados sobre las condiciones ambientales. Pero demuestra también que mediante acciones humanas se pueden cambiar esas condiciones ambientales de forma planificada. Por otra parte, no tenemos ni idea de cómo los cambios sociales y económicos que estamos viviendo podrán afectar a la violencia y la inestabilidad social en las ciudades, especialmente a medida que aumentan las restricciones a la movilidad y sus efectos económicos. Y cómo los gobiernos autoritarios podrán usar este nuevo poder sin precedentes para restringir la vida social y los movimientos sociales y reforzar su control social y político. La pandemia de Covid-19 no solo no anula los demás problemas sociales, sino que crea condiciones nuevas para su desarrollo y para el surgimiento de problemas nuevos.

La pandemia de Covid-19, como otras pandemias visibles e invisibles, destaca la falta de coordinación y planificación en muchas instituciones y estructuras gubernamentales y hace más visibles las conexiones entre las desigualdades sociales y la salud. Pero también ha puesto en claro cómo nuestra salud está conectada con la salud de los vecinos, cómo la salud de un país está inextricablemente conectada con la salud de quienes viven al otro lado de la frontera y cómo son posibles acciones decisivas para proteger la salud de la población. También muestra cómo la humanidad puede unirse en tiempos de crisis y hacer cosas sin precedentes, grandes y pequeñas, desde cantar juntos desde los balcones hasta compartir conocimientos entre los países. Esperemos que esto sean buenos augurios y que la humanidad maneje esta pandemia de la mejor manera dentro de lo que sea posible, que sigamos aprendiendo cómo abordar los muchos problemas de salud pública que enfrentan las ciudades y que seamos capaces de proteger nuestra salud y nuestro medio ambiente en el futuro.


Ana V. Diez Roux es decana de la Escuela de Salud Pública Dornsife (Drexel University, Filadelfia, EEUU) e investigadora principal del Programa SALURBAL (Salud Urbana en América Latina)

Fuente El país

miércoles, 25 de marzo de 2020

Dos líderes indígenas fueron asesinados en el Valle del Cauca

El hecho se presentó en el corregimiento Naranjal, de Bolívar, Valle del Cauca. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) informó que otras dos personas resultaron heridas




La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) informó que los asesinatos ocurrieron mientras los líderes estaban en sus respectivas viviendas. “La noche de ayer, mientras líderes Emberas acataban la orden de cuarentena en su vivienda, en el corregimiento naranjal, municipio de Bolívar, Valle del Cauca, fueron asesinados dos dirigentes y dos están gravemente heridos. El genocidio la pandemia más grande contra los pueblos”, afirmó el consejero mayor de la ONIC, Luis Fernando Arias. 

La Fiscalía General de la Nación informó que adelanta labores de investigación junto al CTI y la Policía Nacional para adelantar “las labores de indagación pertinentes para determinar los móviles y los presuntos responsables del ilícito”, informó el ente investigador. 

También le puede interesar: "Asesinato de líderes sociales es lo más grave de la implementación": Santos

La ONIC comunicó que los dos líderes indígenas asesinados y los dos heridos pertenecen a una misma familia. Las organizaciones de derechos humanos piden que se realice una investigación para esclarecer los hechos. 




El consejero mayor de la ONIC, Luis Fernando Arias, le dijo a El Espectador que dos sujetos armados perpetraron los crímenes y que las dos personas heridas son atendidas en este momento en Cali y Tuluá. 

"El mensaje que le enviamos al Gobierno Nacional es que en medio de esta pandemia global es necesario generar todas las garantías. No solo para que sea posible resguardarse, sino también para que se genere protección para quienes están en casa; no solo frente a la pandemia, sino frente a estos criminales que andan asesinando por todo el país. Necesitamos que se investigue y judicialice a los responsables”, dijo Arias.  


Según el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), en 2019 se documentaron 108 asesinatos de defensores de derechos humanos. Este mes ya se han registrado varios asesinatos a líderes sociales. El pasado 19 de marzo fue asesinado Marco Rivadeneira, un destacado líder de sustitución voluntaria de coca en Putumayo, el hecho ocurrió en la Vereda Nueva Granada, al sur de Puerto Asís, Putumayo.

"Esta ola de asesinatos se ha venido recrudeciendo. Pensamos que los actores armados en medio de la cuarentena iban a declarar cese, pero vemos que ahora van a coger a la gente en su casa para asesinarla", dijo el consejero mayor de la ONIC. 

Fuente: El espectador

martes, 24 de marzo de 2020

Gran pesar en el mundo de la cultura y los DD.HH. por fallecimiento de Patricia Carmona

Pasado este mediodía, dejó de existir la destacada cantautora y activista de los derechos humanos Patricia Carmona Lanfranco, producto de un severo cáncer. Psicóloga de profesión y con un Post título en Musicoterapia en la U de Chile, artista, miembro en sus inicios del grupo Chamal. Además, funcionaria del Servicio Nacional de Menores.



Para el poeta Omar Cid, la «Patty: “dejó una estela de magia consecuencia y solidaridad; con las causas de los pueblos latinoamericanos. Su vinculo con la poesía, las artes y la estética se reflejaba en todas sus actuaciones”.

Recordó que era «conocida entre el mundo de la cultura junto a Francisco Villa, con quien compartió escenarios en distintas localidades del país y del orbe, recogiendo la gratitud de hombres y mujeres».

Activista de los derechos humanos

Desde el mundo popular, los lamentos por la inesperada partida de Lanfranco, no se hicieron esperar:“A la “Patty” la vamos a extrañar mucho pero queda la fuerza de voz en cada barrio, población y plaza en que ella cantó. Su música nunca estuvo lejos de las luchas de nuestro pueblo. Pese a su enfermedad, estuvo cantando hace algunas semanas en la plaza de la Dignidad”, recordó la dirigente poblacional, Iris Pizarro.

«No puedo olvidar que desde muy joven, la Patty, acompañó a su compañero de toda una vida, el Panchito, a las distintas actividades de las organizaciones de derechos humanos, poniendo su voz y alegría para denunciar la injusticia de los tribunales de justicia de nuestro país», reveló Pizarro.

Patricia Carmona junto a la prensa popular

El 28 de septiembre del año pasado, un grupo de amigos y periodistas concurrieron al llamado de Crónica Digital para apoyar a la “Patty” en la pica del Crónica Digital en el Barrio Franklin.

Más de 60 personas se reunieron para colaborar. Cerca de las 14 horas llega de sorpresa Patricia, junto al Pancho a compartir el almuerzo con los amigos del barrio y de Crónica Digital, en la oportunidad dijo: Gracias amigos y amigas por estar en las buenas y las maduras. Se que estoy viviendo un proceso distinto, complejo y no insalvable”.

Gracias por el cariño

La cantaora, agradeció a los presentes el cariño “no tan solo a mi, sino es a Pancho y a mi familia. Es un tsunami de amor de compromiso por la vida”.

En tanto, su compañero de toda la vida, Francisco Villa, dijo en la oportunidad: estar muy agradecido por ser su compañero, ella me ha dado mucho, demasiado amor”…

Hasta el cierre de esta nota, organizaciones de comunidades cristianas, los grupos musicales Illapu e Inti Illimani, como organizaciones de derechos humanos: Agrupación de Detenidos Desaparecidos, Familiares de Ejecutados Políticos entre otras, han manifestado su pesar a la familia, amigos y compañeros artistas.

Fuente: Crónica Digital


La emergencia viral y el mundo de mañana. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano que piensa desde Berlín

Los países asiáticos están gestionando mejor esta crisis que Occidente. Mientras allí se trabaja con datos y mascarillas, aquí se llega tarde y se levantan fronteras.

El coronavirus está poniendo a prueba nuestro sistema. Al parecer Asia tiene mejor controlada la pandemia que Europa. En Hong Kong, Taiwán y Singapur hay muy pocos infectados. En Taiwán se registran 108 casos y en Hong Kong 193. En Alemania, por el contrario, tras un período de tiempo mucho más breve hay ya 15.320 casos confirmados, y en España 19.980 (datos del 20 de marzo). También Corea del Sur ha superado ya la peor fase, lo mismo que Japón. Incluso China, el país de origen de la pandemia, la tiene ya bastante controlada.   Pero ni en Taiwán ni en Corea se ha decretado la prohibición de salir de casa ni se han cerrado las tiendas y los restaurantes. Entre tanto ha comenzado un éxodo de asiáticos que salen de Europa. Chinos y coreanos quieren regresar a sus países, porque ahí se sienten más seguros. Los precios de los vuelos se han multiplicado. Ya apenas se pueden conseguir billetes de vuelo para China o Corea.

Europa está fracasando. Las cifras de infectados aumentan exponencialmente. Parece que Europa no puede controlar la pandemia. En Italia mueren a diario cientos de personas. Quitan los respiradores a los pacientes ancianos para ayudar a los jóvenes. Pero también cabe observar sobreactuaciones inútiles. Los cierres de fronteras son evidentemente una expresión desesperada de soberanía. Nos sentimos de vuelta en la época de la soberanía. El soberano es quien decide sobre el estado de excepción. Es soberano quien cierra fronteras. Pero eso es una mera exhibición de soberanía que no sirve de nada. Serviría de mucha más ayuda cooperar intensamente dentro de la Eurozona que cerrar fronteras a lo loco. Entre tanto, también Europa ha decretado la prohibición de entrada a extranjeros: un acto totalmente absurdo en vista del hecho de que Europa es precisamente adonde nadie quiere venir. Como mucho, sería más sensato decretar la prohibición de salidas de europeos, para proteger al mundo de Europa. Después de todo, Europa es en estos momentos el epicentro de la pandemia.

Las ventajas de Asia

En comparación con Europa, ¿qué ventajas ofrece el sistema de Asia que resulten eficientes para combatir la pandemia? Estados asiáticos como Japón, Corea, China, Hong Kong, Taiwán o Singapur tienen una mentalidad autoritaria, que les viene de su tradición cultural (confucianismo). Las personas son menos renuentes y más obedientes que en Europa. También confían más en el Estado. Y no solo en China, sino también en Corea o en Japón la vida cotidiana está organizada mucho más estrictamente que en Europa. Sobre todo, para enfrentarse al virus los asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital. Sospechan que en el big data podría encerrarse un potencial enorme para defenderse de la pandemia. Se podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos. Un cambio de paradigma del que Europa todavía no se ha enterado. Los apologetas de la vigilancia digital proclamarían que el big data salva vidas humanas.

La conciencia crítica ante la vigilancia digital es en Asia prácticamente inexistente. Apenas se habla ya de protección de datos, incluso en Estados liberales como Japón y Corea. Nadie se enoja por el frenesí de las autoridades para recopilar datos. Entre tanto China ha introducido un sistema de crédito social inimaginable para los europeos, que permite una valoración o una evaluación exhaustiva de los ciudadanos. Cada ciudadano debe ser evaluado consecuentemente en su conducta social. En China no hay ningún momento de la vida cotidiana que no esté sometido a observación. Se controla cada clic, cada compra, cada contacto, cada actividad en las redes sociales. A quien cruza con el semáforo en rojo, a quien tiene trato con críticos del régimen o a quien pone comentarios críticos en las redes sociales le quitan puntos. Entonces la vida puede llegar a ser muy peligrosa. Por el contrario, a quien compra por Internet alimentos sanos o lee periódicos afines al régimen le dan puntos. Quien tiene suficientes puntos obtiene un visado de viaje o créditos baratos. Por el contrario, quien cae por debajo de un determinado número de puntos podría perder su trabajo. En China es posible esta vigilancia social porque se produce un irrestricto intercambio de datos entre los proveedores de Internet y de telefonía móvil y las autoridades. Prácticamente no existe la protección de datos. En el vocabulario de los chinos no aparece el término “esfera privada”.

En China hay 200 millones de cámaras de vigilancia, muchas de ellas provistas de una técnica muy eficiente de reconocimiento facial. Captan incluso los lunares en el rostro. No es posible escapar de la cámara de vigilancia. Estas cámaras dotadas de inteligencia artificial pueden observar y evaluar a todo ciudadano en los espacios públicos, en las tiendas, en las calles, en las estaciones y en los aeropuertos.


Toda la infraestructura para la vigilancia digital ha resultado ser ahora sumamente eficaz para contener la epidemia. Cuando alguien sale de la estación de Pekín es captado automáticamente por una cámara que mide su temperatura corporal. Si la temperatura es preocupante todas las personas que iban sentadas en el mismo vagón reciben una notificación en sus teléfonos móviles. No en vano el sistema sabe quién iba sentado dónde en el tren. Las redes sociales cuentan que incluso se están usando drones para controlar las cuarentenas. Si uno rompe clandestinamente la cuarentena un dron se dirige volando a él y le ordena regresar a su vivienda. Quizá incluso le imprima una multa y se la deje caer volando, quién sabe. Una situación que para los europeos sería distópica, pero a la que, por lo visto, no se ofrece resistencia en China.

Ni en China ni en otros Estados asiáticos como Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Taiwán o Japón existe una conciencia crítica ante la vigilancia digital o el big data. La digitalización directamente los embriaga. Eso obedece también a un motivo cultural. En Asia impera el colectivismo. No hay un individualismo acentuado. No es lo mismo el individualismo que el egoísmo, que por supuesto también está muy propagado en Asia.

Al parecer el big data resulta más eficaz para combatir el virus que los absurdos cierres de fronteras que en estos momentos se están efectuando en Europa. Sin embargo, a causa de la protección de datos no es posible en Europa un combate digital del virus comparable al asiático. Los proveedores chinos de telefonía móvil y de Internet comparten los datos sensibles de sus clientes con los servicios de seguridad y con los ministerios de salud. El Estado sabe por tanto dónde estoy, con quién me encuentro, qué hago, qué busco, en qué pienso, qué como, qué compro, adónde me dirijo. Es posible que en el futuro el Estado controle también la temperatura corporal, el peso, el nivel de azúcar en la sangre, etc. Una biopolítica digital que acompaña a la psicopolítica digital que controla activamente a las personas.


En Wuhan se han formado miles de equipos de investigación digitales que buscan posibles infectados basándose solo en datos técnicos. Basándose únicamente en análisis de macrodatos averiguan quiénes son potenciales infectados, quiénes tienen que seguir siendo observados y eventualmente ser aislados en cuarentena. También por cuanto respecta a la pandemia el futuro está en la digitalización. A la vista de la epidemia quizá deberíamos redefinir incluso la soberanía. Es soberano quien dispone de datos. Cuando Europa proclama el estado de alarma o cierra fronteras sigue aferrada a viejos modelos de soberanía.

No solo en China, sino también en otros países asiáticos la vigilancia digital se emplea a fondo para contener la epidemia. En Taiwán el Estado envía simultáneamente a todos los ciudadanos un SMS para localizar a las personas que han tenido contacto con infectados o para informar acerca de los lugares y edificios donde ha habido personas contagiadas. Ya en una fase muy temprana, Taiwán empleó una conexión de diversos datos para localizar a posibles infectados en función de los viajes que hubieran hecho. Quien se aproxima en Corea a un edificio en el que ha estado un infectado recibe a través de la “Corona-app” una señal de alarma. Todos los lugares donde ha habido infectados están registrados en la aplicación. No se tiene muy en cuenta la protección de datos ni la esfera privada. En todos los edificios de Corea hay instaladas cámaras de vigilancia en cada piso, en cada oficina o en cada tienda. Es prácticamente imposible moverse en espacios públicos sin ser filmado por una cámara de vídeo. Con los datos del teléfono móvil y del material filmado por vídeo se puede crear el perfil de movimiento completo de un infectado. Se publican los movimientos de todos los infectados. Puede suceder que se destapen amoríos secretos. En las oficinas del ministerio de salud coreano hay unas personas llamadas “tracker” que día y noche no hacen otra cosa que mirar el material filmado por vídeo para completar el perfil del movimiento de los infectados y localizar a las personas que han tenido contacto con ellos.

Una diferencia llamativa entre Asia y Europa son sobre todo las mascarillas protectoras. En Corea no hay prácticamente nadie que vaya por ahí sin mascarillas respiratorias especiales capaces de filtrar el aire de virus. No son las habituales mascarillas quirúrgicas, sino unas mascarillas protectoras especiales con filtros, que también llevan los médicos que tratan a los infectados. Durante las últimas semanas, el tema prioritario en Corea era el suministro de mascarillas para la población. Delante de las farmacias se formaban colas enormes. Los políticos eran valorados en función de la rapidez con la que las suministraban a toda la población. Se construyeron a toda prisa nuevas máquinas para su fabricación. De momento parece que el suministro funciona bien. Hay incluso una aplicación que informa de en qué farmacia cercana se pueden conseguir aún mascarillas. Creo que las mascarillas protectoras, de las que se ha suministrado en Asia a toda la población, han contribuido de forma decisiva a contener la epidemia.




Los coreanos llevan mascarillas protectoras antivirus incluso en los puestos de trabajo. Hasta los políticos hacen sus apariciones públicas solo con mascarillas protectoras. También el presidente coreano la lleva para dar ejemplo, incluso en las conferencias de prensa. En Corea lo ponen verde a uno si no lleva mascarilla. Por el contrario, en Europa se dice a menudo que no sirven de mucho, lo cual es un disparate. ¿Por qué llevan entonces los médicos las mascarillas protectoras? Pero hay que cambiarse de mascarilla con suficiente frecuencia, porque cuando se humedecen pierden su función filtrante. No obstante, los coreanos ya han desarrollado una “mascarilla para el coronavirus” hecha de nano-filtros que incluso se puede lavar. Se dice que puede proteger a las personas del virus durante un mes. En realidad es muy buena solución mientras no haya vacunas ni medicamentos. En Europa, por el contrario, incluso los médicos tienen que viajar a Rusia para conseguirlas. Macron ha mandado confiscar mascarillas para distribuirlas entre el personal sanitario. Pero lo que recibieron luego fueron mascarillas normales sin filtro con la indicación de que bastarían para proteger del coronavirus, lo cual es una mentira. Europa está fracasando. ¿De qué sirve cerrar tiendas y restaurantes si las personas se siguen aglomerando en el metro o en el autobús durante las horas punta? ¿Cómo guardar ahí la distancia necesaria? Hasta en los supermercados resulta casi imposible. En una situación así, las mascarillas protectoras salvarían realmente vidas humanas. Está surgiendo una sociedad de dos clases. Quien tiene coche propio se expone a menos riesgo. Incluso las mascarillas normales servirían de mucho si las llevaran los infectados, porque entonces no lanzarían los virus afuera.

En los países europeos casi nadie lleva mascarilla. Hay algunos que las llevan, pero son asiáticos. Mis paisanos residentes en Europa se quejan de que los miran con extrañeza cuando las llevan. Tras esto hay una diferencia cultural. En Europa impera un individualismo que trae aparejada la costumbre de llevar la cara descubierta. Los únicos que van enmascarados son los criminales. Pero ahora, viendo imágenes de Corea, me he acostumbrado tanto a ver personas enmascaradas que la faz descubierta de mis conciudadanos europeos me resulta casi obscena. También a mí me gustaría llevar mascarilla protectora, pero aquí ya no se encuentran.


En el pasado, la fabricación de mascarillas, igual que la de tantos otros productos, se externalizó a China. Por eso ahora en Europa no se consiguen mascarillas. Los Estados asiáticos están tratando de proveer a toda la población de mascarillas protectoras. En China, cuando también ahí empezaron a ser escasas, incluso reequiparon fábricas para producir mascarillas. En Europa ni siquiera el personal sanitario las consigue. Mientras las personas se sigan aglomerando en los autobuses o en los metros para ir al trabajo sin mascarillas protectoras, la prohibición de salir de casa lógicamente no servirá de mucho. ¿Cómo se puede guardar la distancia necesaria en los autobuses o en el metro en las horas punta? Y una enseñanza que deberíamos sacar de la pandemia debería ser la conveniencia de volver a traer a Europa la producción de determinados productos, como mascarillas protectoras o productos medicinales y farmacéuticos.

A pesar de todo el riesgo, que no se debe minimizar, el pánico que ha desatado la pandemia de coronavirus es desproporcionado. Ni siquiera la “gripe española”, que fue mucho más letal, tuvo efectos tan devastadores sobre la economía. ¿A qué se debe en realidad esto? ¿Por qué el mundo reacciona con un pánico tan desmesurado a un virus? Emmanuel Macron habla incluso de guerra y del enemigo invisible que tenemos que derrotar. ¿Nos hallamos ante un regreso del enemigo? La “gripe española” se desencadenó en plena Primera Guerra Mundial. En aquel momento todo el mundo estaba rodeado de enemigos. Nadie habría asociado la epidemia con una guerra o con un enemigo. Pero hoy vivimos en una sociedad totalmente distinta.

En realidad hemos estado viviendo durante mucho tiempo sin enemigos. La guerra fría terminó hace mucho. Últimamente incluso el terrorismo islámico parecía haberse desplazado a zonas lejanas. Hace exactamente diez años sostuve en mi ensayo La sociedad del cansancio la tesis de que vivimos en una época en la que ha perdido su vigencia el paradigma inmunológico, que se basa en la negatividad del enemigo. Como en los tiempos de la guerra fría, la sociedad organizada inmunológicamente se caracteriza por vivir rodeada de fronteras y de vallas, que impiden la circulación acelerada de mercancías y de capital. La globalización suprime todos estos umbrales inmunitarios para dar vía libre al capital. Incluso la promiscuidad y la permisividad generalizadas, que hoy se propagan por todos los ámbitos vitales, eliminan la negatividad del desconocido o del enemigo. Los peligros no acechan hoy desde la negatividad del enemigo, sino desde el exceso de positividad, que se expresa como exceso de rendimiento, exceso de producción y exceso de comunicación. La negatividad del enemigo no tiene cabida en nuestra sociedad ilimitadamente permisiva. La represión a cargo de otros deja paso a la depresión, la explotación por otros deja paso a la autoexplotación voluntaria y a la autooptimización. En la sociedad del rendimiento uno guerrea sobre todo contra sí mismo.

Umbrales inmunológicos y cierre de fronteras.

Pues bien, en medio de esta sociedad tan debilitada inmunológicamente a causa del capitalismo global irrumpe de pronto el virus. Llenos de pánico, volvemos a erigir umbrales inmunológicos y a cerrar fronteras. El enemigo ha vuelto. Ya no guerreamos contra nosotros mismos, sino contra el enemigo invisible que viene de fuera. El pánico desmedido en vista del virus es una reacción inmunitaria social, e incluso global, al nuevo enemigo. La reacción inmunitaria es tan violenta porque hemos vivido durante mucho tiempo en una sociedad sin enemigos, en una sociedad de la positividad, y ahora el virus se percibe como un terror permanente.



Pero hay otro motivo para el tremendo pánico. De nuevo tiene que ver con la digitalización. La digitalización elimina la realidad. La realidad se experimenta gracias a la resistencia que ofrece, y que también puede resultar dolorosa. La digitalización, toda la cultura del “me gusta”, suprime la negatividad de la resistencia. Y en la época posfáctica de las fake news y los deepfakes surge una apatía hacia la realidad. Así pues, aquí es un virus real, y no un virus de ordenador, el que causa una conmoción. La realidad, la resistencia, vuelve a hacerse notar en forma de un virus enemigo. La violenta y exagerada reacción de pánico al virus se explica en función de esta conmoción por la realidad.


La reacción pánica de los mercados financieros a la epidemia es además la expresión de aquel pánico que ya es inherente a ellos. Las convulsiones extremas en la economía mundial hacen que esta sea muy vulnerable. A pesar de la curva constantemente creciente del índice bursátil, la arriesgada política monetaria de los bancos emisores ha generado en los últimos años un pánico reprimido que estaba aguardando al estallido. Probablemente el virus no sea más que la pequeña gota que ha colmado el vaso. Lo que se refleja en el pánico del mercado financiero no es tanto el miedo al virus cuanto el miedo a sí mismo. El crash se podría haber producido también sin el virus. Quizá el virus solo sea el preludio de un crash mucho mayor.

Žižek afirma que el virus ha asestado al capitalismo un golpe mortal, y evoca un oscuro comunismo. Cree incluso que el virus podría hacer caer el régimen chino. Žižek se equivoca. Nada de eso sucederá. China podrá vender ahora su Estado policial digital como un modelo de éxito contra la pandemia. China exhibirá la superioridad de su sistema aún con más orgullo. Y tras la pandemia, el capitalismo continuará aún con más pujanza. Y los turistas seguirán pisoteando el planeta. El virus no puede reemplazar a la razón. Es posible que incluso nos llegue además a Occidente el Estado policial digital al estilo chino. Como ya ha dicho Naomi Klein, la conmoción es un momento propicio que permite establecer un nuevo sistema de gobierno. También la instauración del neoliberalismo vino precedida a menudo de crisis que causaron conmociones. Es lo que sucedió en Corea o en Grecia. Ojalá que tras la conmoción que ha causado este virus no llegue a Europa un régimen policial digital como el chino. Si llegara a suceder eso, como teme Giorgio Agamben, el estado de excepción pasaría a ser la situación normal. Entonces el virus habría logrado lo que ni siquiera el terrorismo islámico consiguió del todo.

El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia. La solidaridad consistente en guardar distancias mutuas no es una solidaridad que permita soñar con una sociedad distinta, más pacífica, más justa. No podemos dejar la revolución en manos del virus. Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana. Somos NOSOTROS, PERSONAS dotadas de RAZÓN, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta.

Byung-Chul Han es un filósofo y ensayista surcoreano que imparte clases en la Universidad de las Artes de Berlín. Autor, entre otras obras, de ‘La sociedad del cansancio’, publicó hace un año ‘Loa a la tierra’, en la editorial Herder.


Traducción de Alberto Ciria.

Fuente: El país

sábado, 21 de marzo de 2020

“Quedate en casa”: 17 famosos unidos en un spot para frenar el avance del coronavirus

La emergencia por frenar el avance del coronavirus en latinoamerica unió de una manera casi nunca antes vista a toda la población, sin importar ideologías o banderas políticas. En este marco, actores, músicos, periodistas y demás figuras públicas se juntaron (virtualmente) para grabar un spot con el fin de concientizar sobre la importancia de tomar medidas preventivas.

El jueves, en Argentina, tras los anuncios del presidente Alberto Fernández, la primera dama Fabiola Yáñez publicó un video similar en el que junto con diez famosos entre los que estaban Lali Espósito, Lionel Messi, Luisana Lopilato, Marley y Mirko, hacía referencia a la importancia de cumplir con la cuarentena.



El video que había publicado Fabiola Yañez con famosos para concientizar por el coronavirus: "Quedate en casa"

Los crecientes casos de coronavirus (COVID-19) alrededor del mundo han provocado gran preocupación e incertidumbre no solo en la población, sino también en el personal de salud quienes han tenido que enfrentarse cara a cara contra este virus.


El esfuerzo, dedicación y el estar sometidos a un estrés constante y a largas horas de trabajo ha sido reconocido por habitantes, quienes han agradecido los actos de estos ‘héroes sin capa’.

Tal es el caso de España donde desde las ventanas de casas y edificios, personas aplaudieron a médicos y enfermeras que atienden a pacientes con COVID-19; sin embargo, estos aplausos han recorrido el mundo entero para reconocer al personal sanitario.

viernes, 20 de marzo de 2020

Coronavirus: cómo proteger tu salud mental durante la pandemia de covid-19

Medidas de protección básicas contra el nuevo coronavirus

Manténgase al día de la información más reciente sobre el brote de COVID-19, a la que puede acceder en el sitio web de la OMS y a través de las autoridades de salud pública pertinentes a nivel nacional y local. La COVID-19 sigue afectando principalmente a la población de China, aunque se han producido brotes en otros países. La mayoría de las personas que se infectan padecen una enfermedad leve y se recuperan, pero en otros casos puede ser más grave. Cuide su salud y proteja a los demás a través de las siguientes medidas:

Lávese las manos frecuentemente

Lávese las manos con frecuencia con un desinfectante de manos a base de alcohol o con agua y jabón.

¿Por qué? Lavarse las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón mata el virus si este está en sus manos.

Adopte medidas de higiene respiratoria
Al toser o estornudar, cúbrase la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo; tire el pañuelo inmediatamente y lávese las manos con un desinfectante de manos a base de alcohol, o con agua y jabón.

¿Por qué? Al cubrir la boca y la nariz durante la tos o el estornudo se evita la propagación de gérmenes y virus. Si usted estornuda o tose cubriéndose con las manos puede contaminar los objetos o las personas a los que toque.

Mantenga el distanciamiento social
Mantenga al menos 1 metro (3 pies) de distancia entre usted y las demás personas, particularmente aquellas que tosan, estornuden y tengan fiebre.

¿Por qué? Cuando alguien con una enfermedad respiratoria, como la infección por el 2019-nCoV, tose o estornuda, proyecta pequeñas gotículas que contienen el virus. Si está demasiado cerca, puede inhalar el virus.

Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca
¿Por qué? Las manos tocan muchas superficies que pueden estar contaminadas con el virus. Si se toca los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas, puedes transferir el virus de la superficie a si mismo.

Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, solicite atención médica a tiempo
Indique a su prestador de atención de salud si ha viajado a una zona de China en la que se haya notificado la presencia del 2019-nCoV, o si ha tenido un contacto cercano con alguien que haya viajado desde China y tenga síntomas respiratorios.

¿Por qué? Siempre que tenga fiebre, tos y dificultad para respirar, es importante que busque atención médica de inmediato, ya que dichos síntomas pueden deberse a una infección respiratoria o a otra afección grave. Los síntomas respiratorios con fiebre pueden tener diversas causas, y dependiendo de sus antecedentes de viajes y circunstancias personales, el 2019-nCoV podría ser una de ellas.

Manténgase informado y siga las recomendaciones de los profesionales sanitarios

  • Manténgase informado sobre las últimas novedades en relación con la COVID-19. Siga los consejos de su dispensador de atención de salud, de las autoridades sanitarias pertinentes a nivel nacional y local o de su empleador sobre la forma de protegerse a sí mismo y a los demás ante la COVID-19.

¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada acerca de si la COVID-19 se está propagando en su zona. Son los interlocutores más indicados para dar consejos sobre las medidas que la población de su zona debe adoptar para protegerse. 

Medidas de protección para las personas que se encuentran en zonas donde se está propagando la COVID-19 o que las han visitado recientemente (en los últimos 14 días)

  • Siga las orientaciones expuestas arriba.
  • Permanezca en casa si empieza a encontrarse mal, aunque se trate de síntomas leves como cefalea y rinorrea leve, hasta que se recupere. 
¿Por qué? Evitar los contactos con otras personas y las visitas a centros médicos permitirá que estos últimos funcionen con mayor eficacia y ayudará a protegerle a usted y a otras personas de posibles infecciones por el virus de la COVID-19 u otros.

  • Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque rápidamente asesoramiento médico, ya que podría deberse a una infección respiratoria u otra afección grave. Llame con antelación e informe a su dispensador de atención de salud sobre cualquier viaje que haya realizado recientemente o cualquier contacto que haya mantenido con viajeros.
¿Por qué? Llamar con antelación permitirá que su dispensador de atención de salud le dirija rápidamente hacia el centro de salud adecuado. Esto ayudará también a prevenir la propagación del virus de la COVID-19 y otros virus.

Fuente: OMS

martes, 17 de marzo de 2020

Siete maneras en que el coronavirus afecta a los derechos humanos



La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia de salud pública de importancia internacional por el brote del coronavirus (2019-nCov) que se inició en la ciudad china de Wuhan (provincia de Hubei) a finales de 2019.




A principios de febrero, se calcula que la pandemia ha infectado a más de 24.500 personas en todo el mundo. Las autoridades chinas han informado de 490 muertes, la mayoría en la provincia de Hubei, y más de 24.300 casos en total. La enfermedad se ha extendido ya a otros 25 países y territorios de todo el mundo.

La respuesta a una pandemia tiene el potencial de afectar a los derechos humanos de millones de personas. Primero, y ante todo, está el derecho a la salud, pero también hay otros derechos en juego.

“La censura, la discriminación, la detención arbitraria y las violaciones de derechos humanos no tienen cabida en la lucha contra la pandemia del coronavirus”, ha manifestado Nicholas Bequelin, director regional de Amnistía Internacional. “Las violaciones de derechos humanos obstaculizan, en lugar de facilitar, las respuestas a las emergencias de salud pública, y reducen su efectividad”.

Censura temprana

El gobierno chino ha realizado grandes esfuerzos para ocultar la información sobre el coronavirus y los peligros que éste representaba para la salud pública. A finales de diciembre de 2019, los médicos de Wuhan compartieron con colegas sus temores sobre pacientes con síntomas parecidos al brote del síndrome respiratorio agudo grave (SRAG) que comenzó en el sur de China en 2002. Las autoridades locales los silenciaron de inmediato y los castigaron por “difundir rumores”.

“Los profesionales médicos de China trataron de dar la alarma sobre el virus. Si el gobierno no hubiera intentado minimizar el peligro, el mundo podría haber respondido más rápidamente a la propagación del virus”, ha manifestado Nicholas Bequelin.

En una publicación online realizada un mes después, el Tribunal Supremo Popular cuestionó la decisión tomada por las autoridades de Wuhan. Esta publicación se consideró en general como una vindicación de los médicos.

Sin embargo, los esfuerzos por minimizar la gravedad del brote los compartieron los más altos niveles del gobierno chino, tal como dejó patente la agresiva labor de captación de apoyos de China para que la Organización Mundial de la Salud no declarara el brote una emergencia de salud pública de importancia internacional.

El derecho a la salud

El sistema médico de Wuhan está ahora desbordado, y tanto los centros médicos como los profesionales de la salud luchan por hacer frente a la magnitud del brote.

Hay muchos pacientes a quienes, tras soportar horas de espera, no se les admite en los hospitales. Los centros no tienen acceso a las pruebas diagnósticas necesarias.

“China debe garantizar que todas las personas afectadas por el coronavirus tienen acceso a atención médica adecuada, en Wuhan y en cualquier otro lugar. La contención de la pandemia es importante, pero también lo son la prevención y el tratamiento. Por eso es por lo que el derecho a la salud debería ser una parte fundamental de la respuesta”, ha declarado Nicholas Bequelin.

“Aunque la OMS ha dedicado sin cesar grandes elogios a China, la realidad es que la respuesta del gobierno fue —y sigue siendo— sumamente problemática”.

Los medios de comunicación locales han informado de que la gente no puede acudir rápidamente a los hospitales porque se ha cerrado el transporte público y, en algunos casos, no puede retirar los cadáveres de las personas fallecidas de sus hogares.

El derecho a la salud, tal como lo garantiza la Declaración Universal de Derechos Humanos, establece el derecho a acceder a atención médica, el derecho a acceder a información, la prohibición de la discriminación en la prestación de servicios médicos, la libertad para no recibir tratamiento médico no consentido y otras garantías importantes.



La censura continúa hoy día

La insistencia de las autoridades chinas en controlar las noticias de los medios de comunicación y acallar la cobertura negativa ha seguido impulsando la censura de información en ocasiones legítima sobre el virus.

Desde que comenzó la crisis se han censurado numerosos artículos, entre ellos algunos de los principales medios de comunicación, como una filial del Beijing Youth Daily y Caijing.

“Las autoridades chinas amenazan con ocultar información que podría ayudar a la comunidad médica a hacer frente al coronavirus y ayudar a la población a protegerse de él”, ha manifestado Nicholas Bequelin.

“El hecho de que parte de esta información no esté a disposición de todo el mundo incrementa el riesgo de sufrir daños a causa del coronavirus y retrasa una respuesta efectiva”.

Acoso e intimidación de activistas

El gobierno chino también ha atacado a gente que ha tratado de compartir información sobre el coronavirus en las redes sociales. Por ejemplo, el destacado abogado y profesional del periodismo ciudadano Chen Qiushi denunció acoso de las autoridades después de publicar imágenes de hospitales en Wuhan.

Al residente de Wuhan Fang Bin también se lo llevaron brevemente las autoridades tras publicar un vídeo en el que supuestamente se mostraban cadáveres de víctimas del coronavirus.

“Aunque es fundamental refutar las afirmaciones falsas sobre el virus, el cierre de contenido periodístico y de redes sociales legítimo sobre el tema no ayuda a mantener la salud pública”, ha declarado Nicholas Bequelin.

Represión regional de las “noticias falsas”

A medida que el virus se ha ido propagando desde China hacia los países vecinos del sureste asiático, también lo ha hecho la tendencia de los Estados a tratar de controlar la cobertura sobre el problema.

Se ha detenido o multado a gente en Malasia, Tailandia y Vietnam por publicar “noticias falsas” sobre el brote.

“Los gobiernos deben evitar la desinformación y proporcionar orientación para la salud oportuna y exacta. No obstante, las restricciones a la libertad de expresión deben ser proporcionadas, legítimas y necesarias”, ha manifestado Nicholas Bequelin.

“Si los gobiernos del sureste asiático y otros lugares deben aprender una lección sobre la manera en que China ha manejado la crisis del coronavirus, es que limitar la información y sofocar el debate en nombre de la ‘estabilidad’ entraña graves riesgos y puede ser desastrosamente contraproducente”.


Discriminación y xenofobia

La gente de Wuhan —incluso la que no tiene síntomas— ha sido rechazada de hoteles, se ha encontrado bloqueada en sus propios apartamentos y ha visto cómo sus datos personales se filtraban online en China, según la información publicada en los medios de comunicación.

También ha habido numerosos informes de xenofobia antichina o antiasiática en otros países. Algunos restaurantes de Corea del Sur, Japón y Vietnam se han negado a aceptar clientes chinos, y un grupo que protestaba dijo a unos huéspedes chinos que abandonaran un hotel en Indonesia. También se ha acusado a periódicos franceses y australianos de racismo en su manera de informar sobre la crisis.

Las comunidades asiáticas en todo el mundo han respondido, y la etiqueta de Twitter #JeNeSuisPasUnVirus (No soy un virus) se convirtió en tendencia en Francia.

“El gobierno chino debe tomar medidas para proteger a la gente frente a la discriminación, mientras los gobiernos de todo el mundo deben mostrar una tolerancia cero respecto al enfoque racista hacia las personas de origen chino y asiático. El mundo sólo podrá luchar contra este brote mediante la solidaridad y la cooperación más allá de las fronteras”, ha declarado Nicholas Bequelin.

Los controles fronterizos y las cuarentenas deben ser proporcionados

En respuesta al virus, muchos países han cerrado sus puertas a quienes viajan desde China u otros países asiáticos, mientras que otros han impuesto estrictas medidas de cuarentena.

El gobierno de Australia ha mandado a cientos de personas de ciudadanía australiana a un centro de detención para inmigrantes en la isla de Navidad, donde las condiciones de tratamiento ya habían sido descritas anteriormente como “inhumanas” por la Asociación Médica Australiana a causa del sufrimiento mental y físico que han padecido las personas refugiadas detenidas allí.

Papúa Nueva Guinea ha cerrado sus fronteras a la gente de todos los demás países asiáticos, sin limitarse a los casos confirmados de coronavirus. Esto ha dejado a estudiantes papúes abandonados en Filipinas después de que, por instrucciones de las autoridades de Papúa Nueva Guinea, se les impidiera tomar un vuelo de vuelta a su país.

Las cuarentenas, que restringen el derecho a la libertad de circulación, sólo pueden estar justificadas en virtud del derecho internacional si son proporcionadas, tienen límites temporales, se imponen con fines legítimos, son estrictamente necesarias, son voluntarias siempre que sea posible y se aplican de forma no discriminatoria. Las cuarentenas se deben imponer de una manera segura y respetuosa. Deben respetarse y protegerse los derechos de las personas en cuarentena, incluida la garantía de acceso a atención médica, alimento y otras necesidades.

“Los gobiernos se enfrentan a una situación difícil y deben tomar medidas tanto para prevenir la propagación del coronavirus como para garantizar que las personas afectadas tienen acceso a la atención médica que necesiten”, ha manifestado Nicholas Bequelin.

Fuente: Amnistía Internacional

lunes, 16 de marzo de 2020

Cientos de personas dieron emotiva despedida al "cura obrero" Mariano Puga

El féretro recorrió diversas calles, incluida la Plaza Italia, en la que una multitud realizó el último adiós al recientemente fallecido sacerdote.

Una multitud salió a las calles de Santiago para despedir los restos del sacerdote Mariano Puga, quien falleció este sábado a los 88 años de edad, tras padecer un cáncer linfático.



El féretro, pintado a mano con colores, llegó encima de un camión y marchó rodeado de gente a lo largo de la avenida La Alameda, entre pancartas y cánticos en recuerdo y homenaje a Puga, hasta llegar a la iglesia San Francisco, donde tuvo lugar la misa funeral.

"Puga es un sacerdote que representa a una Iglesia que se hace parte de la realidad del pueblo", dijo a Efe la monja Gabriela Vergara, una de las miles de personas que acudió hoy a la despedida del "cura obrero".

"Su principal legado es el amor y la pasión por los más pobres. Él supo descubrir a Jesús en medio de los pobres y desde ahí vivió su sacerdocio y su ministerio", agregó.

Puga, de origen aristocrático, empezó a estudiar Arquitectura durante un trabajo relacionado con vivienda social entró en contacto con la extrema pobreza, optando por abandonar sus estudios universitarios para ingresar al Seminario Pontificio.

Fue ordenado sacerdote en 1959 y dedicó su vida a trabajar por los más pobres y vivir con ellos en algunos de los lugares más humildes de Chile, como la Villa Francia, ubicada en la comuna de Estación Central; en las también poblaciones capitalinas de Pudahuel o La Legua; o en la Región de Los Lagos (sur), específicamente en la localidad de Colo, isla de Chiloé.

En su labor en pos de los más desfavorecidos, Puga lideró una resistencia pacífica contra la dictadura de Pinochet protegiendo a los perseguidos y denunciando los lugares de tortura de los servicios secretos, llegando a estar detenido y encarcelado por el régimen.

Fuente: 24 horas

viernes, 13 de marzo de 2020

Las medidas contra el coronavirus no pueden atentar contra los derechos humanos

Es esencial que los Gobiernos que introduzcan medidas para impedir la propagación del coronavirus, COVID-19, también emprendan una serie de acciones adicionales para reducir el impacto potencialmente negativo que esas decisiones puedan tener en la vida de las personas, subrayó este viernes la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
"Como doctora, entiendo la necesidad de una serie de pasos para combatir COVID-19, y como ex jefe de Gobierno, entiendo que a veces encontrar el equilibrio es complicado ante decisiones difíciles", dijo Michelle Bachelet. 


"Como doctora, entiendo la necesidad de una serie de pasos para combatir COVID-19, y como ex jefe de Gobierno, entiendo que a veces encontrar el equilibrio es complicado ante decisiones difíciles", dijo Michelle Bachelet. 
"Sin embargo, nuestros esfuerzos para combatir este virus no funcionarán a menos que lo abordemos de manera integral, lo que significa tener mucho cuidado para proteger a las personas más vulnerables y descuidadas de la sociedad, tanto médica como económicamente. Estas personas incluyen a ciudadanos de bajos ingresos, poblaciones rurales aisladas, personas con problemas de salud subyacentes, personas con discapacidades y personas mayores que viven solas o en instituciones", agregó.
Los bloqueos, las cuarentenas y otras medidas similares para contener y combatir la propagación del COVID-19 siempre deben llevarse a cabo en estricta conformidad con las normas de derechos humanos y de una manera que sea necesaria y proporcional al riesgo evaluado, pero incluso cuando lo sean, pueden tener serias repercusiones en la vida de las personas, advirtió la Alta Comisionada.

El impacto de las medidas en los derechos económicos y sociales

“Si bien las autoridades pueden juzgar que es necesario cerrar las escuelas, esto puede ocasionar que los padres tengan que quedarse en casa y no puedan trabajar, una medida que probablemente afectará de forma desproporcionada a las mujeres”, afirmó Bachelet.
La jefa de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos señaló que permanecer fuera del trabajo para "auto aislarse" puede resultar en una pérdida de salario o del trabajo, con consecuencias de gran alcance para los medios de vida de las personas. Además, la atención al brote puede dificultar el cuidado de las personas con afecciones crónicas o graves. 



También, es probable que la interrupción del comercio y los viajes tenga un gran impacto, especialmente en las pequeñas y medianas empresas y en las personas que emplean y atienden.
“Las personas que de por sí sobreviven apenas económicamente pueden ser fácilmente llevadas al límite por las medidas adoptadas para contener el virus. Los Gobiernos deben estar preparados para responder de diversas maneras a las consecuencias no deseadas de sus acciones dirigidas al coronavirus. Las empresas también deberán desempeñar un papel, incluida la respuesta flexible al impacto en sus empleados ", apuntó Bachelet.
La Alta Comisionada acogió con satisfacción el hecho de que algunos Gobiernos, así como las organizaciones internacionales, estén comenzando a tomar provisiones para mitigar el impacto en los derechos económicos y sociales de las personas.
“Dado que todos estamos operando en un territorio desconocido, animo a los Estados a establecer formas de compartir información sobre las buenas prácticas que estén implementando actualmente para aliviar los efectos socioeconómicos negativos del COVID-19 y los esfuerzos para detener su propagación. La solidaridad y la cooperación internacionales son más necesarias que nunca. También está claro que los recursos deben destinarse a la protección social para que las personas puedan sobrevivir económicamente durante lo que puede convertirse en una crisis prolongada”, dijo.

Un reto para las sociedades

Para Bachelet, el COVID-19 es “una prueba para nuestras sociedades y todos estamos aprendiendo y adaptándonos a medida que respondemos al virus. La dignidad y los derechos humanos deben estar al frente y al centro en ese esfuerzo, no pueden venir después”.
Combatir eficazmente el brote significa garantizar que todos tengan acceso al tratamiento y que no se les niegue la atención médica porque no pueden pagarla o por el estigma, enfatizó.
Además, los Gobiernos deben asegurarse de que toda la información relevante llegue a todos sin excepción, incluso en formatos e idiomas fácilmente comprensibles y adaptados para personas con necesidades específicas, como niños, personas con discapacidad visual y auditiva, y aquellos con capacidad limitada o nula para leer.
“Ser abierto y transparente es clave para empoderar y alentar a las personas a participar en medidas diseñadas para proteger su propia salud y la de la población en general, especialmente cuando se ha erosionado la confianza en las autoridades. También ayuda a contrarrestar información falsa o engañosa que puede hacer mucho daño al alimentar el miedo y los prejuicios”, puntualizó la Alta Comisionada.
"También insto a las autoridades de los países afectados por el COVID-19 a tomar todas las medidas necesarias para abordar los incidentes de xenofobia o estigmatización", concluyó.

martes, 10 de marzo de 2020

Guatemala. Asesinan a defensora indígena de Derechos Humanos y dejan un “encarguito”

ña Dominga Ramos, de 53 años de edad, defensora maya comunitaria de derechos, mamá y abuela, esposa de Don Miguel Ixcal, defensor principal del Comité de Desarrollo Campesino CODECA/MLP, fue asesinada en su domicilio, el 05 de marzo reciente, a horas 5:30 de la tarde, en presencia de su nuera y nietos, en la Comunidad Las Delicias, Municipio de Santo Domingo, Suchitepéquez, a 180 Km al sureste de la ciudad de Guatemala.
Guatemala. Asesinan a defensora indígena de Derechos Humanos y dejan un “encarguito”
“Era un hombre con la gorra puesta al revés, tenía en el brazo un tatuaje verde. Ingresó hasta aquí caminando y preguntando por Dña. Minga… Mi suegra se levantó de la hamaca, abrió la puerta, le habló al maleante… Éste le dijo: ‘Este encarguito es para Ud.’, mientras sacaba el arma de su cintura, le disparó varias veces contra mi suegra… Ella cayó al suelo, él se fue… Yo intenté esconderme detrás de las tablas…”.

ste es el testimonio de Judith Raquel, nuera de Dña. Dominga, quien salió al encuentro del asesino, y en cuya presencia asesinaron a su suegra de 8 disparos de bala en su humilde vivienda.
Dominga Ramos, una defensora organizada en resistencia por la nacionalización de la energía eléctrica
Como consecuencia de los excesos y arbitrarios cobros que realiza la empresa distribuidora de electricidad ENERGUATE, usuarios de este servicio, desde hace algunos años atrás, en diferentes departamentos del país, se organizaron y declararon en resistencia exigiendo la nacionalización de dicho servicio. Dña. Dominga era una defensora activa en resistencia.
Aunque no se sabe a ciencia cierta el móvil de su asesinato, pero la defensora Ramos estaba organizada en resistencia en su comunidad, integrante activo del movimiento sociopolítico Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) y del Movimiento por la Liberación de los Pueblos (MLP), cuyas siglas aún están pintadas en la entrada de su vivienda anunciando la candidatura a la Alcaldía de Miguel Ixcal, su esposo, en 2019.
Dominga Ramos, era esposa de Miguel Ixcal dirigente/defensor central de CODECA/MLP
Desde hace varios años atrás, la familia de Dominga Ramos, y Ella, estaban organizadas y activas en las diferentes contiendas electorales. Finalmente en 2018, junto al resto de las comunidades en resistencia del país, lograron constituir el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), y en las pasadas elecciones generales del 2019 quedaron en el cuarto lugar a nivel nacional, y segundo, a nivel municipal con la candidatura de Miguel Ixcal.
Ixcal, actualmente es asesor político de la única Diputada de MLP, Vicenta Jerónimo, en el Congreso de la República.
El esposo de Dña. Dominga también es dirigente central del movimiento Comité de Desarrollo Campesino CODECA, integrante del Comité Político de esta organización a nivel nacional.
Si CODECA ya era una “piedra en el zapato” para la libre hegemonía del sistema neoliberal  y el colonialismo norteamericano en Guatemala, con su brazo político (MLP) se ha convertido en una amenaza sociopolítica real en ciernes frente a la oligarquía transnacional en Guatemala. El último acto de MLP fue desenmascarar, mediante su única Diputada en el Congreso, el “banquete neoliberal” entre los diputados pagado por los impuestos de los empobrecidos. Esto fastidió en demasía a los ricos del país.
¿Qué es, de quién es y para quién es el “encarguito”?
El “encarguito”, anunciado a Dña. Dominga por su asesino, es un mensaje performativo que busca “escarmentar”, “redomesticar” a la mediana rebeldía sociopolítica de las comunidades en resistencia articulados en el movimiento CODECA/MLP. Reafirmar el ejercicio del poder fáctico en la “finca Guatemala”.
El destinatario del “encarguito” no es únicamente el defensor/asesor Miguel Ixcal quien puja desde las urnas y las calles por hacer cambios estructurales desde la Alcaldía de Santo Domingo.
El “encargo” está dirigido a todas las y los defensores de derechos organizados o no en resistencia, utilizando el “vehículo familiar más sensible”: asesinato de la madre, frente a sus seres queridos. De los 17 asesinatos últimos de defensores de CODECA, ésta es la primera vez que utilizan a una mamá para “transmitir” el letal mensaje.
Si bien el “encarguito” fue transportado por un “subalterno deshabitado”, pero los remitentes son agentes del sistema neoliberal colonial que se incomodan de sobremanera con la emergencia de movimientos sociopolíticos portadores de esperanzas para el país.
El 5 de marzo, a las 5:30 horas, mientras los enemigos de los derechos humanos de los empobrecidos ejecutaban el asesinado de Dominga Ramos, el Estado de Guatemala detallaba la “declaratoria de estado de calamidad” frente al Coronavirus que aún no llegó a Guatemala. Es la dura y triste realidad de la misión de defensores de derechos en un país sin derechos, y con privilegios para pocos.
Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos