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lunes, 19 de marzo de 2018

La vulnerabilidad de las mujeres activistas en América Latina


El reciente asesinato de la concejala brasileña Marielle Franco conmociona a Brasil, a América Latina y al mundo entero. Tanto es así que la ONU se pronunció exigiendo la investigación inmediata del hecho.
En tanto, durante estos días las calles de Brasil se colmaron de manifestantes. Se autoconvocaron para repudiar su brutal asesinato y reclamar el  pronto esclarecimiento.
Mujeres activistas
La muerte de Marielle, se suma a una triste lista de mujeres activistas, defensoras de derechos humanos y con una participación política importante, que fueron asesinadas en los últimos tiempos en América Latina.
Uno de los casos que más conmocionó a la opinión pública, sin dudas, fue el asesinato de Berta Cáceres en Honduras. La activista fue asesinada en su casa, en marzo de 2016.


Berta Cáceres recibió el premio Goldman, uno de los más prestigiosos del mundo para ambientalistas
Cáceres era líder de la comunidad indígena lenca y una fuerte defensora de los derechos humanos. En 2015 había recibido el premio medioambiental Goldman, el máximo reconocimientos mundial para activistas del medio ambiente.
Hasta su muerte nunca abandonó su lucha. En múltiples ocasiones recibió amenazas contra su integridad física, su familia y su propia vida.
Colombia
Durante 2017, la delegada por los Derechos de las Mujeres y Asuntos de género de la Defensoría del Pueblo Diana Rodríguez, denunció que unas 14 mujeres líderes sociales y defensoras de los derechos humanos fueron asesinadas en Colombia. Expresó también que otras habían sido agredidas, la mayoría sexualmente.

Ruth López Guisao es una de las víctimas mortales de la violencia contra activistas. Fue baleada en Medellín por dos encapuchados
A su vez,  otras 156 habitantes de zonas ocupadas en aquel momento por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y sus familias,  sufrían constantes amenazas.
Vulnerabilidad
En oportunidad de celebrarse el Día de la Mujer, Rodríguez manifestó que se deben garantizar “los derechos de las mujeres y en especial de las lideresas que están fortaleciendo los procesos comunitarios en los territorios para la construcción de paz”.
Además agregó:  “Por el hecho de ser líderes y defensores en general tienen un riesgo más alto, pero encontramos que las mujeres en muchas ocasiones tienen un grado más alto de vulnerabilidad”. Este último factor tal vez sea la principal causa de que ellas sean centro de agresión, violencia y muerte actualmente en Latinoamérica.
México
En México desde el 2010 hasta el año pasado, se contabilizaban  44 mujeres asesinadas. Todas ellas dedicadas al activismo en organizaciones sociales o al periodismo. Uno de los casos fue el de Miriam Rodríguez, ultimada en su casa de Tamaulipas el 10 de mayo de 2017.
En este sentido, Chihuahua es el que registra mayor número de agresiones contra las mujeres. Solo en 2010, en dicho estado asesinaron a Josefina Reyes, Marisela Escobedo, María Isabel Cordero Martínez, María Magdalena Reyes y Luisa Ornelas.
Durante 2017, allí mataron  a la periodista Miroslava Breach. En 2011 habían ejecutado a Susana Chávez, y en 2012,  a Manuela Martha Solís Contreras.

Al menos 44 mujeres dedicadas al activismo con organizaciones civiles o al periodismo en México murieron desde 2010

Precisamente el estado de Guerrero, al suroeste de México, es una de las zonas más violentas del país. Allí, activistas, periodistas y políticas mueren por la violencia del narcotráfico o de la política. María Elvira Hernández Galeana, en 2010, Isabel Ayala Nava y Reyna Ayala Nava en 2011, Juventina Villa Mojica y Fabiola Osorio Bernáldez en 2012, Rocío Mesino y Ana Lilia Gatica en 2013 y Norma Angélica Bruno Román en 2015.
Este año se sumó el crimen de la candidata y dirigente social Dulce Rebaja Pedro, en Chilapa, Guerrero. Antes de ello, la secuestraron junto a su primo, un policía estatal que al que también ejecutaron. Cabe señalar que el 1 de julio, la joven dirigente de 27 años participaría en las elecciones generales en México, como candidata a diputada por el PRI.
Solo una semana antes, en la misma ciudad, Antonia Jaime Moctezuma murió acribillada. Dos hombres armados ingresaron, a plena luz del día, al restaurante de la candidata a diputada por el PRD (Partido de la Revolución Democrática) y le efectuaron varios disparos.
Chilapa es epicentro de violencia y crimen organizado en el estado de Guerrero. Se trata de la principal productora de amapola, un opiáceo que sirve de base para la producción de heroína.

Brasil
El asesinato de Marielle Franco despertó reacciones inmediatas. En Brasil, se produjeron numerosas manifestaciones espontáneas. En Buenos Aires, Argentina, se realizó una vigilia en repudio al crimen de la concejala carioca.
A  nivel mundial se multiplicaron los mensajes de repudio, así como el pedido por el esclarecimiento inmediato de este hecho. Pedido al que se sumó por estas horas la ONU y numerosas organizaciones sociales defensoras de los derechos humanos.


La ONU resaltó que el Estado brasileño debe realizar su mejor esfuerzo para llevar a los culpables ante los tribunales
Claramente, los defensores de derechos humanos y ambientales en América Latina están corriendo riesgos cada vez más notorios. Lo hacen en defensa de causas humanitarias y  por los derechos de las comunidades. Esto se evidencia mucho más en el caso de que los activistas sean mujeres.
Recientemente se aprobó en la región el primer tratado internacional para prevenir y sancionar las amenazas y la violencia contra los defensores de los derechos humanos y el medio ambiente.
Esta medida se basó en el reciente informe anual de Defensores de Derechos Humanos en Riesgo de  la organización Front Line Defenders de Dublin (Irlanda). El mismo manifiesta, que al menos 173 mujeres y hombres perecieron por estas causas en América Latina durante 2017 .


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