Montevideo - La Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) publica hoy un informe sobre los derechos humanos de las mujeres indígenas en América.
El informe describe las diferentes formas de discriminación que las mujeres
indígenas enfrentan, en función de diversas facetas de su identidad. Asimismo,
analiza cómo esta situación acentúa su exposición a la violencia y obstaculiza
su acceso a la justicia y el ejercicio de sus derechos económicos, sociales y
culturales. A través de este informe, la CIDH establece principios rectores que
deben guiar la acción de los Estados para prevenir y abordar todas las
violaciones de derechos humanos que afectan a las mujeres indígenas en el
continente, desde una perspectiva holística, de género e intercultural.
En razón de su
identidad multidimensional, las mujeres indígenas están expuestas a una
intersección de formas de discriminación basadas en su identidad cultural, sexo
y género, entre otros factores, tanto fuera como dentro de sus propias
comunidades, o como resultado de los remanentes históricos y estructurales del
colonialismo. La intersección de estas fuentes de discriminación crea capas
superpuestas de violaciones de derechos humanos que se refuerzan mutuamente.
Esta
discriminación les genera a las mujeres indígenas obstáculos para el goce de
sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y para su
acceso a la justicia. Ellas aún encuentran muy pocas oportunidades para acceder
al mercado laboral, dificultades geográficas y económicas singulares para tener
acceso a servicios de salud y/o educación, acceso limitado a programas y
servicios sociales, y escaso espacio para participación en procesos políticos.
Las mujeres indígenas que quieren practicar formas tradicionales de
subsistencia suelen enfrentar grandes obstáculos para el acceso a las tierras y
los recursos tradicionales. En cuanto al acceso de las mujeres indígenas a la
justicia, los principales obstáculos son de naturaleza geográfica,
socioeconómica, cultural y lingüística, y están relacionados a la falta de
abordaje de la problemática por parte de los Estados. Esta marginación
política, social y económica de las mujeres indígenas contribuye a una
situación permanente de discriminación estructural, que las vuelve
particularmente susceptibles a diversos actos de violencia.
Las mujeres
indígenas enfrentan variadas formas de violencia, no solamente violencia
física, psicológica y sexual, sino también violencia obstétrica y espiritual,
las cuales están prohibidas por los tratados interamericanos de derechos
humanos, incluyendo la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Contra la Mujer. Las mujeres y niñas indígenas tienden a
sufrir más actos de violencia en contextos particulares: en el marco de
conflictos armados; durante la ejecución de proyectos de desarrollo, inversión
y extracción; cuando se militarizan sus territorios; en el ámbito doméstico;
cuando actúan como defensoras de derechos humanos; y durante procesos
migratorios y de desplazamiento; entre otros contextos.
La Comisión
destaca que el informe fue elaborado en base a la información proporcionada por
mujeres y lideresas indígenas. Aunque las mujeres indígenas sufren
discriminación y violaciones a sus derechos humanos, aquellas que han
interactuado con la Comisión Interamericana en distintos espacios han rechazado
la caracterización de víctimas y han exigido su reconocimiento como sujetas de
derechos, actoras empoderadas, y lideresas. La CIDH parte del reconocimiento
que las mujeres indígenas hacen contribuciones únicas y desempeñan un papel
decisivo en la historia de la lucha por la autodeterminación de sus pueblos,
por sus derechos colectivos e individuales y por sus derechos como mujeres.
El informe
incluye una serie de recomendaciones para ayudar a los Estados en su labor de
prevenir y responder a las violaciones de derechos humanos que afectan a las
mujeres indígenas. La CIDH recomendó a los Estados que, al elaborar y aplicar
medidas para asegurar que se respeten los derechos humanos de las mujeres indígenas,
adopten un enfoque holístico para abordar las formas múltiples e
interconectadas de discriminación que enfrentan las mujeres indígenas en
diferentes contextos, así como para prevenir, investigar, enjuiciar y sancionar
todas las formas de violencia en su contra. Este enfoque debe tener en cuenta
el sexo, el género y la cosmovisión de las mujeres indígenas, así como los
antecedentes de racismo y discriminación que han sufrido. Los Estados deben
guiarse en base a los principios de igualdad y no discriminación y tener como
base el derecho de las comunidades indígenas a la autodeterminación y a la
identidad cultural.
Reportaje completo lo puedes leer en: http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2017/169.asp
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