Falta de temple
Los que gobiernan y su coalición política de apoyo están evidenciando conductas cada vez mas absurdas a propósito de la insurgencia rural de grupos mapuche, que interrumpen con periodicidad el transporte de mercancías y queman instalaciones empresariales. Algunas comunidades mapuche realizan ocupaciones de tierras, en otra dinámica completamente distinta. Y en otras de ellas, como en el resto del territorio chileno, existe producción y tráfico de marihuana, con los que las comunidades han deslindado claramente responsabilidades. También operan en algunas partes redes de tráfico ilegal de madera, al parecer en medio de corruptelas. Cada una de estas situaciones debe ser abordada con políticas específicas y proporcionales en vez de apagar el fuego con bencina y reavivar el racismo ancestral.
Gobernar requiere temple y no histeria. Nada de lo que está pasando se compara con el accionar de grupos armados después de 1990, con asesinatos de policías y parlamentarios y planificación de atentados de diverso tipo. Los que estaban a cargo abordaron el tema en su especifidad, con errores, como toda acción humana, pero con resultados rápidos que permitieron evitar una regresión autoritaria y demostrar que mantener el orden público y terminar con la violencia política no requiere de una política de violaciones a los derechos humanos, ni de estados de sitio ni de patrullas militares, ni de falsificación de pruebas antes los jueces, a falta de un mínimo de inteligencia.El gobierno está involucrando inconstitucionalmente a las fuerzas armadas en tareas de orden público y debate declarar estado de sitio en la Araucania. Histeria pura y simple.
Lo que cabe hacer es algo muy distinto. Se debe partir por crear un clima de diálogo y un compromiso global de pactar, en el actual momento constituyente, un nuevo trato y reconocimiento de derechos colectivos de los primeros pueblos, acelerando el funcionamiento del fondo de tierras y aguas y estableciendo una nueva relación de las empresas forestales con las comunidades mapuche y de uso del bosque y sus beneficios. Solo así se podrá aislar a los grupos que queman camiones e instalaciones y eventualmente incorporarlos a un nuevo proceso pacífico. Con voluntad es factible canalizar los actos de recuperación de tierras al margen de la ley por vías institucionales y realizar un nuevo pacto constructivo que repare y aliente nuevas actividades y autonomías. Lo que se requiere es actuar con convicciones democráticas en vez de la brutalidad usual de la derecha y sus cómplices, que entre cosas se negaron a aprobar siquiera el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios desde 1990 y ahora están pagando las consecuencias de su ceguera.
Autor: Gonzalo Martner
No hay comentarios:
Publicar un comentario