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viernes, 27 de enero de 2017

Chile bajo el fuego.

Juan de Dios Parra, secretario general de ALDHU, realizó un llamado a las autoridades latinoamericanas para colaborar con la "histórica catastrofe" que enfrenta Chile por la simultaneidad de incendios forestales que le afectan hace más de una semana.

"Chile se está quemando, la intencionalidad de este evento es clara y busca infundir temor en su población, latinoamérica debe unirse para asistir a Chile y apoyar en la extinción de cada uno de los incendios".


El medio www.elmostrador.cl hace un analisis de las razones que influyen de una u otra forma en esta verdadera "Tormenta de Fuego" que afecta a este país sudamericano.

Plantaciones forestales: solo uno de los factores en la tormenta perfecta que incide en los incendios que tienen al país en llamas

Chile en llamas: 273 mil hectáreas arrasadas por el fuego, en lo que se ha convertido en la mayor catástrofe de este tipo en el país. Una historia que aún no termina y que ha generado una ola de desinformación, teorías conspirativas y acusaciones cruzadas por la responsabilidad y motivos de los megaincendios que hoy tienen complicadas a varias regiones.

Algunos apuntan a la industria forestal y las masivas plantaciones de pinos y eucaliptos que cubren el territorio, especialmente entre las regiones de O’Higgins y Los Ríos. 

Lo cierto es que no es posible afirmar que este tipo de monocultivos sea el responsable directo de esta catástrofe, pero en opinión de diversos académicos e investigadores, sí es un factor que, junto a otros –como las altas temperaturas provocadas por el cambio climático, la eterna sequía que azota el país y la precariedad del Estado–, conforma la tormenta perfecta para que los incendios se propaguen con mayor celeridad y en grandes extensiones. 


Territorios homogéneos
El biólogo y doctor en ecología, Andrés Fuentes, lleva casi diez años estudiando el fuego. Su especialidad ha sido investigar su impacto en el ecosistema y cómo especies “invasoras” –que no son nativas de un lugar– interactúan con el fuego y producen incendios de mayor impacto, más grandes e intensos que la vegetación nativa.
En esta categoría, caen el pinus radiata y el eucalyptus globulus, especies emblemáticas en las extensas plantaciones forestales que empezaron a masificarse en el país a partir de mediados de los 70, de la mano del Decreto Ley Nº 701 y que, según diversos académicos, se han transformado en uno de los factores que son caldo de cultivo para los incendios forestales.

¿Pero por qué este tipo de plantaciones incide en los incendios más que las especies autóctonas? La respuesta está asociada a varias dimensiones. 

Andrés Fuentes explica que una de ellas es la homogeneización del paisaje. “Originalmente entre la VI Región y Los Ríos, y antes de los 70, había un mosaico con varios usos de suelo distintos, con bosque nativo que actuaba como barrera natural del fuego. Este tipo de bosques son más húmedos y no se queman a la misma velocidad o intensidad que una plantación forestal. Son reservorios de agua, por lo tanto, uno de los servicios que provee un bosque nativo es la provisión de agua en cantidad y calidad. Esto está cuantificado, hay estudios que lo demuestran. Entonces, el fuego tiende a suprimirse mucho más”.

El investigador del Laboratorio de Biometría del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de la Frontera (Ufro), detalla que “gracias a ese mosaico el fuego tenía mayores dificultades y antes no se generaban incendios tan grandes y masivos, se circunscribía a áreas más pequeñas. Sin embargo, con la expansión forestal, al entrar en vigencia el DL 701, rápidamente gran parte del territorio de bosque nativo empezó a ser sustituido con plantaciones forestales. Principalmente pino radiata y eucalipto globulus. 

Entonces, eso que era un mosaico, hoy día es un continuo: lo que antes estaba desconectado, con distintos parches de uso, hoy está todo unido a través de grandes predios forestales. Tenemos predios con cientos de miles hectáreas con monocultivos, un solo tipo de plantación: eso es un continuo. Lo que hace unos años estaba segregado, hoy está completamente conectado a través de las plantaciones forestales. Eso supone un gran riesgo: se inicia un fuego que no tiene freno. No hay una barrera natural para pararlo”.
En cambio, actualmente “existen muchas plantaciones exóticas desde la VI Región hasta la Región de los Ríos, donde prácticamente toda la Cordillera de la Costa está plantada de pinos y eucaliptos”, explica.

Por ejemplo, en el sector Río Maule-Cobquecura, en la costa en la Región del Maule, “en el año 2000 ya existían más de 200 mil hectáreas de plantaciones forestales  que desde 1975 habían sustituido 63 mil hectáreas de bosque nativo. Es decir, 53% por ciento. Esta es una situación que se repite en otras regiones del país como Biobío y La Araucanía, lo cual ha sido demostrado por varios estudios científicos”, asegura Adison Altamirano, ingeniero forestal, doctor en ecología del paisaje e investigador del Laboratorio de Ecología del Paisaje de la Ufro.

Altamirano, detalla que en todo el país existen más de 14 millones de hectáreas de bosque nativo, concentrado principalmente desde la Región de Los Lagos hacia el sur, donde se encuentra más del 50% por ciento. En tanto, entre la de O’Higgins y la Región de los Ríos reinan las plantaciones forestales, las cuales suman unos 2,8 millones de hectáreas, versus 3,4 millones de hectáreas de bosque nativo.

Los bosques nativos chilenos representan más de la mitad de los bosques templados de Sudamérica, y los ecosistemas ubicados en el centro y sur del país son considerados uno de los 35 hotspots de biodiversidad en el mundo.


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