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jueves, 18 de agosto de 2022

Daniel Ortega continúa su cruzada contra la Iglesia católica y detiene a un tercer sacerdote

Al acoso a los templos se suma la apertura de una investigación contra un obispo por «ejecutar actos de odio», según la Policía de Nicaragua.



Óscar Danilo Benavidez Tinoco, párroco de la iglesia Espíritu Santo, ubicada en el municipio de Mulukukú, perteneciente a la Diócesis de Siuna, se convirtió el domingo en el tercer sacerdote detenido por el régimen de Daniel Ortega. «Comunicamos a todos nuestros fieles católicos que en la tarde de hoy domingo 14 de agosto fue detenido el presbítero Óscar Benavides párroco de la parroquia Espíritu Santo Mulukukú, desconocemos las causas o motivos de su detención, esperamos que las autoridades nos mantengan informados», informó la Diócesis de Siuna en un comunicado difundido en redes sociales recogido por el medio '100% Noticias'. El lunes, Benavidez fue trasladado a la prisión del Chipote, donde están encarcelados en la actualidad 180 presos políticos.

Esta nueva detención muestra la escalada de represión del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica, crítica con el régimen, que obligó a convocar una reunión de urgencia a la Organización de Estados Americanos (OEA) el pasado viernes para abordar esta situación.

Este mismo martes, los feligreses de una congregación no pudieron entrar en la Parroquia de Santa Lucía en Ciudad Darío, norte de Nicaragua porque la policía orteguista impidió el acceso al templo y el sacerdote tuvo que dar el sacramento detrás de una valla, según se puede ver en las imágenes colgadas en las redes sociales.

 El caso de Danilo Benavidez Tinoco se suma al hostigamiento sufrido desde hace semanas por el obispo Rolando Álvarez. La Policía Nacional mantiene rodeada la casa parroquial de monseñor, ubicada en la ciudad de Matagalpa, en el centro del país. La medida fue impuesta desde el 4 de agosto, el mismo día en que Álvarez realizó una procesión con los símbolos del catolicismo. Una escena como esta no se veía desde las protestas de abril de 2018, cuando miles salieron contra el régimen, incluidos varios curas que también hicieron procesiones por la «paz». Por ello, algunas fuentes eclesiásticas han asegurado que existen «presiones» por parte del Gobierno de Ortega hacia la jerarquía católica de Nicaragua con el fin de sacar al prelado del país.

 Sin embargo, monseñor Álvarez se ha negado a irse. Dentro de la curia graba vídeos y los cuelga a las redes sociales de la Diócesis de Matagalpa, su sede religiosa. El día que fue asediado aseguró que tiene una misión religiosa, y que la lucha de los «creyentes», no es solo contra «fuerzas humanas».

«Recuerden amadísimos hermanos, el miedo paraliza, la desesperanza auto sepulta y el odio es la muerte del corazón; al odio se le responde con el amor, a la desesperanza con la esperanza, al miedo con la fortaleza y con la valentía que nos da el Cristo glorioso y resucitado», dijo el jerarca católico en otra transmisión realizada el 6 de agosto.

La situación en la curia de Matagalpa ha elevado las alarmas nuevamente en el país. La persecución ejecutada por estas fechas en 2021 contra siete aspirantes a la presidencia y decenas de líderes opositores sigue latente. El régimen abrió «una investigación» contra el líder religioso por «intentar organizar grupos violentos y ejecutar actos de odio en contra de la población», según reza un documento publicado por la Policía Nacional un día después de la procesión. Dentro de la casa parroquial también se encuentran otras 11 personas que acompañan al obispo en sus jornadas de oración.

La vicepresidente Rosario Murillo también hizo mención a los hechos el pasado jueves, tildando las acciones de Álvarez como «crimen de lesa espiritualidad», una tipificación inexistente en el marco jurídico. «Todavía quedan algunos personajes que son bufonescos, que hacen el ridículo… Sin estatura moral alguna. Personajes que creen que el tiempo no ha transcurrido, personajes que creen que pueden ocupar lugares de autoridad, que tal vez no merecen, que tal vez no son para ello», agregó la vicemandataria, quien en otras ocasiones ha tildado a los curas católicos de «golpistas» y «falsos profetas».

Fuente: abc.es

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