Logroño (España), 24 sep
(EFE).-
La Unión Europea ampara un proyecto que trata de identificar las buenas
prácticas de la justicia indígena para fortalecer la justicia ordinaria, ya que
"con muy pocos recursos humanos, pero con mucho sentido común, la primera
logra resolver conflictos muy importantes". Así lo explica en una
entrevista con Efe, el coordinador del proyecto y consejero en Justicia Juvenil
para América Latina y Caribe de la Fundación suiza "Terra des Hommes"
(Tdh), el español Víctor Herrero. Según Herrero, el proyecto se inició este año
y se desarrolla hasta 2018 en las ocho comunidades indígenas de Panamá: Kuna,
Buglé, Bokota, Wounaan, Ngöbe, Teribe, Emberá, y Bri-Bri, algunas de las cuales
también están asentadas en otros países vecinos como Colombia o Costa Rica.
Esta iniciativa la coordina el juez de raíces indígenas y colaborador de
"Terra des Hommes, Alejandro Bonilla.
En estas ocho comunidades indígenas,
"con muy pocos recursos humanos, pero con mucho sentido común, se
resuelven conflictos muy importantes en el ámbito comunitario, penal,
etcétera", recalca este especialista en derechos humanos y justicia
juvenil. Las conclusiones del proyecto, explica, permitirán generar una base de
"conocimiento importante" sobre la justicia que rige en estas
comunidades indígenas y que, normalmente, "da la espalda" a la
justicia ordinaria u occidental. En muchas ocasiones, añade, la justicia
indígena "tiene enseñanzas muy interesantes para la justicia ordinaria en
Latinoamérica, por su simplicidad". Este tipo de justicia ha demostrado
que se puede "conseguir la paz social con la aplicación de unas prácticas
judiciales muy sensatas, muy de sentido común y muy fáciles de resolver, sin
tanto recurso como se utiliza en la justicia ordinaria", recalca Herrero.
Sin embargo, aclara, "hay algunas prácticas (en la justicia indígena) que
pueden vulnerar derechos", fundamentalmente a mujeres y menores, por lo
que otro de los objetivos de este proyecto es que "las comunidades
indígenas y sus líderes las identifiquen, busquen alternativas para
corregirlas". Herrero recalca que el proyecto "no busque la
confrontación, sino todo lo contrario, el conocimiento, la identificación de
las buenas prácticas de la justicia indígena en estas etnias para ponerlas en
valor, confrontarlas con las de la justicia occidental" y, en el caso de
las que vulneran derechos, generar estrategias para corregirlas. El coordinador
del proyecto valora la participación en el mismo de distintos grupos de las
ocho comunidades, entre ellos, niños, adultos, responsables, e, incluso, los
caciques.
En la actualidad, en América Latina "hay un campo muy grande de
trabajo en esta materia porque todos los países reconocen, incluso
constitucionalmente, las singularidades de las distintas etnias y comunidades
indígenas y también de su justicia tradicional". Una vez finalizado este
proyecto, la idea es extrapolar sus resultados a otros países de Iberoamérica,
pero también a escala mundial, ya que hay países, por ejemplo en África, donde
también hay comunidades indígenas, detalla Herrero. Pilar Mazo
EFE
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