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domingo, 15 de noviembre de 2015

ANTE LAS TENSIONES QUE INVOLUCRAN A LAS FUERZAS ARMADAS DEL ECUADOR

Santiago de Chile, 15 de Noviembre 2015

La Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos ALDHU hace un llamado de atención frente a los hechos que vienen ocurriendo en Ecuador y que involucran al alto mando de las Fuerzas Armadas en actos de protesta ante la Corte Nacional de Justicia.
La referencia tiene que ver con  la presencia rebelde del alto mando militar en la audiencia de juzgamiento que el pasado 11 de Noviembre debía realizarse en la Corte Nacional de Justicia, por los crímenes de lesa humanidad padecidos por Luis Vaca, Susana Cajas y Javier Jarrin, durante el gobierno de León Febres Cordero.

No pasa inadvertido el hecho  que esta comparecencia uniformada, encerró un acto de protesta por algo más que este juicio, Mas bien parece claro que tal protesta tiene que ver con un conjunto de desencuentros entre el poder político y la fuerza militar ecuatoriana en los últimos tiempos y que se sintetiza en lo que los militares resienten como una constante falta de respeto a sus funciones y a su institucionalidad.

Esta cuestión es preocupante, ya que se trata de una fuerza militar reconocidamente democrática, respetuosa de su población, integrada a la vida nacional y comprometida profundamente con el devenir de su sociedad.

Recordamos que esa fué la primera fuerza militar en el mundo, que sometió a todos sus integrantes a un profundo  proceso de formación en Derechos Humanos, avalado por las Naciones Unidas y ejecutado por ALDHU, que le mereció altos reconocimientos universales.
Recordamos también que esa es la misma fuerza armada que en plena guerra del Cenepa, integró en sus avanzadas, a miembros de nuestra organización para verificar en el terreno, el respeto a los procedimientos humanitarios y al Derecho Internacional de la guerra, especialmente en el trato a los prisioneros.

Recordamos también que esa es la misma fuerza armada que cobijó en sus mandos a oficiales tan destacados por su compromiso con los más altos valores de la humanidad, la justicia, la democracia y la paz, como lo fueron Carlo Magno Andrade, Miguel Iturralde, Paco Moncayo,  José Gallardo, Alberto Molina y Miguel Hernández, por mencionar  solo a algunos.
Sin embargo, es también verdad que algunos de sus integrantes, violentaron esa tradición y conducta y se implicaron en hechos de tortura, secuestro, desaparición, violaciones y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, en la época de la represión al grupo insurgente Alfaro Vive Carajo, entre cuyas víctimas se cuentan los tres ecuatorianos de este caso (Vaca, Cajas y Jarrín) hechos que constituyen crímenes de lesa humanidad.

Hacen mal quienes pretenden a partir de estos hechos, buscar una condena corporativa al conjunto de las fuerzas armadas ecuatorianas. También hacen mal quienes a partir de este juicio, pretenden embozar una protesta institucional por otros hechos más allá de este enjuiciamiento.
Por el bien de la democracia del Ecuador, Aldhu insta a los mandos de las Fuerzas Armadas, a las autoridades judiciales y a las autoridades políticas ecuatorianas, a poner las cosas en su sitio, evitando esta escalada de malos procedimientos, que solo acarreará tensiones innecesarias, inconvenientes e inadmisibles en el seno de un país democrático.
El juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en contra de las tres víctimas a que se refiere este juicio, debe proseguir y sus autores, cómplices y encubridores deben ser castigados con el mayor peso de la ley, sin que eso signifique un menoscabo institucional al conjunto de las fuerzas armadas del Ecuador.

Los mandos militares deben acatar el curso de la justicia y evitar reacciones corporativas ya que nada tienen que ver con la responsabilidad en la ejecución de estos crímenes cuya autoría intelectual  y dirección estuvo  obviamente radicada en las autoridades políticas de la época en que se consumaron.
El gobierno debe arbitrar esta comprensión, articulando las diferenciaciones necesarias, abriendo canales mas explícitos y fecundos de diálogo con los militares y evitando el escalamiento de tensiones artificiales y complejas que deben ser desactivadas de inmediato.
Las fuerzas armadas del Ecuador deben seguir siendo aquella reserva moral e institucional que han sido y que ha garantizado la paz, la integridad y la armonía en ese hermano país.

Juan de Dios Parra
Secretario General
ALDHU.

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