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sábado, 11 de octubre de 2014

Las fumigaciones tóxicas del Plan Colombia.

Juan de Dios Parra
Abogado de Derechos Humanos. Secretario General de ALDHU.

Condenar al olvido a las mujeres, niños, campesinos y también a la flora y fauna, víctimas de las fumigaciones en la frontera colombo-ecuatoriana, es el gran triunfo de quienes fraguaron esta inhumana acción que hoy reviviremos. Por los desvalidos, por los que sienten que ya no importan, abandonados por su propio país, pero no olvidados por la humanidad.

Plan Colombia
El 100% de las mujeres estudiadas, además de los síntomas de intoxicación, presentaron daños genéticos en un tercio de las células sanguíneas. Tres meses después de las fumigaciones, la población (a 5 kms) mantenía síntomas de intoxicación crónica con señas de afección neurológica, problemas de piel y conjuntivas.
En el año 2003, el Congreso de Estados Unidos aprobó la utilización de fondos para la fumigación indiscriminada de las zonas fronterizas entre Colombia y Ecuador, presuntamente utilizadas para el cultivos ilícitos destinados al trafico de drogas, entre las que se incluyeron parques y reservas naturales, violando los derechos consagrados en los tratados internacionales de conservación del medio ambiente y los derechos de los indígenas residentes en las zonas fumigadas.
Para estas fumigaciones, se utilizó el químico tóxico denominado Glifosato, en una fórmula que luego se identificó como Round Up Ultra, adulterado con una composición altamente venenosa y de efectos nocivos perdurables.
La Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos, ALDHU, presentó una demanda en la Corte Federal de Washington, por los daños provocados en la salud  humana y el medio ambiente de miles de campesinos ecuatorianos. Además, aportó las pruebas con las que el Estado ecuatoriano sustentó una demanda similar contra su par Colombiano, ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
Una de las pruebas aportadas por ALDHU, fue el estudio realizado por Acción Ecológica, que estableció la relación entre las fumigaciones aéreas y los daños en la estructura genética de las victimas.
El fabricante principal del Round Up es la empresa Monsanto, la que incorporó al producto final ingredientes británicos, heixitan esters, fabricados por ICI Specially Chemicals y Liquid Isoparafins, elaboradas por ExxonAumentando en un 500% la toxicidad del veneno.
Se analizaron especialmente los casos de 47 mujeres en la línea de la frontera, tanto de Ecuador como de Colombia, quienes fueron expuestas directamente  a las fumigaciones. El estudio de éste grupo afectado se centró en las comunidades del cordón fronterizo, en las provincias de Sucumbios (Ecuador) y Putumayo (Colombia), en una franja de 10 kms de la frontera, y al interior de Colombia.
El 100% de las mujeres estudiadas, además de los síntomas de intoxicación, presentaron daños genéticos en un tercio de las células sanguíneas. Tres meses después de las fumigaciones, la población (a 5 kms) mantenía síntomas de intoxicación crónica con señas de afección neurológica, problemas de piel y conjuntivas.
La población que ha sufrido los impactos de la fumigación se siente desvalida. Sin apoyos económicos, sin indemnizaciones, y sin atención adecuada para su salud deteriorada.
Los impactos negativos en la salud de la población y su estado nutricional, se vieron agravados por las pérdidas de sus cosechas y la muerte del ganado y animales de corral que conformaban su alimentación.
La Operación de las fumigaciones   estuvo a cargo de la empresa de mercenarios Dyn Corp. Aerospace Operations de Estados Unidos. Dyn Corp. están envueltos en las formas más condenables de la política global de la “privatización de la guerra”.
Los casos y reclamos individuales tanto en Colombia como en Ecuador fueron debidamente documentados, comprobándose la existencia de quejas en la Defensoría del Pueblo en Colombia y otro tanto en las diferentes instancias en Ecuador.
El fracaso de estas fumigaciones ha sido establecido por la propia Central de Inteligencia Norteamericana (CIA), que ha señalado que las plantaciones de coca, en Colombia, durante ésta operación no sólo ha disminuido, sino que  se han incrementado en un 30%. A pesar de ésta constatación, por razones puramente políticas, se continuó con este programa que tanto hizo daño a la gente y al medio ambiente.
Los afectados requerirán de un monitoreo médico de por vida ya que el “cóctel químico” utilizado por Dyn Corp,  ha provocado una importante incidencia de cáncer y malformaciones de nacimiento, así como esterilidad y abortos. De hecho, se ha estudiado a un grupo de 40 mujeres en la zona fronteriza ecuatoriana, específicamente en la Provincia de  Esmeraldas que ya manifiestan este tipo de afecciones.
En septiembre del 2013, el Presidente Ecuatoriano Rafael Correa anunció que había  decidido retirar la demanda  contra Colombia en la corte de la Haya, ya que se había logrado un acuerdo mediante el cual el país vecino entregaría 15 millones de dólares al gobierno ecuatoriano como una colaboración para el desarrollo fronterizo. El gobierno ecuatoriano, en cambio, lo manejó como un fondo de compensaciones para los campesinos afectados.
Sostenemos que una compensación como la aceptada por  el gobierno ecuatoriano, además de insignificante, es ofensiva para quienes perdieron  su fuente de sobrevivencia, la destrucción de la flora y fauna de sus tierras, perdieron su salud y en algunos casos hasta su vida. La valoración inicial de estos daños hecha por expertos internacionales designados por la Corte Federal de Washington el año 2008, los cuantificó en al menos tres mil millones de dólares.
Pero lo peor de esta claudicación está en el hecho que el gobierno del Ecuador ha aceptado que Colombia reanude sus acciones de fumigaciones tóxicas en el borde fronterizo, lo que en la práctica sigue condenando a estas poblaciones a un nuevo envenenamiento letal.
(Tanto ALDHU como Acción ecológica ya no operan en Ecuador por disposición del gobierno actual de ese país)

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