Las cifras engañan: las peticiones de asilo en la UE han bajado. Pero las necesidades han crecido. Bruselas ha reaccionado relajando sus normas. ¿Es lo que se necesita? DW consultó a especialistas.
"El gran reto en este momento es que son personas que están atrapadas en sus países. Aunque se apruebe con celeridad su solicitud de asilo no hay vuelos internacionales”, explica a DW Laura Bonilla, directora regional para América Latina y el Caribe de Forumsyd, plataforma sueca de cooperación internacional. Queda claro: la crisis por el coronavirus se está traduciendo en mayor vulnerabilidad para líderes sociales, defensores de derechos humanos y medioambientalistas, en toda América Latina.
"Colombia y Brasil son los peores casos. En El Salvador y Perú hay un fuerte constreñimiento de las libertades, de manera violenta. Y de la asfixia de la sociedad civil en Nicaragua hemos venido advirtiendo desde hace ya varios años”, sigue Bonilla. "No es de extrañar que las solicitudes de asilo aumenten”, puntualiza.
Cifras llamativas
Las últimas cifras de la Agencia Europea de Apoyo al Asilo (EASO) registran en marzo una caída de casi el 50% con relación a febrero de este año. Por otra parte, en los dos primeros meses de 2020, las solicitudes de asilo en países de la UE+ (los países de la UE más Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein) aumentaron, en comparación al mismo período del año anterior, en un 16%.
En este período, el número de peticiones provenientes de Colombia superó, por primera vez desde el 2017, al de los venezolanos. También de Perú, Nicaragua y Cuba se constata un aumento de solicitudes de refugio.
Cabe recordar que en 2018, venezolanos (primeros) y colombianos (segundos) encabezaban la lista de las peticiones de asilo en España; hondureños (cuartos) y salvadoreños (quintos) les seguían. En el total de la UE+, en 2019, los venezolanos ocupaban el tercer lugar y los colombianos el quinto; en 2020, los venezolanos el segundo y los colombianos el tercero.
Según análisis de la EASO, la caída de la petición de asilo se debe a las condiciones de la crisis, no a la falta de la protección que una persona busca en otro Estado cuando el suyo propio (o el de su residencia) no está en condiciones de ofrecerle "por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política”.
¿Cómo se entiende?
"Sabemos que en este momento las instancias de petición de asilo a través de España están atestadas de solicitudes provenientes de Colombia”, relata Bonilla, resaltando la grave situación que se vive sobre todo en las zonas rurales del país desde hace dos años.
Aparte de eso, "la pandemia ha llevado a que a los líderes no se les pueda dar el acompañamiento internacional que los protege. Están más solos y confinados en sus casas, sin protección. Varios han sido asesinados en sus propias viviendas. Es importante señalar que en los casos en que los líderes están ubicados en las fronteras del Amazonas, ha llevado a grupos armados responsables de deforestación y de ciertas actividades de minería ilegal estén actuando con todo el camino disponible”, cuenta Bonilla.
Menos obstáculos
En estas circunstancias, con cifras de peticiones a la baja pero con circunstancias que se agravan cada día, Bruselas recordó (a mediados de mayo) a los Estados miembros de la UE que a pesar de la pandemia, los valores y principios deben respetarse.
Para apoyar a los Estados a cumplir con su deber de atender a las peticiones de asilo, se elaboró unas directrices flexibilizadas para actuar en la crisis: por ejemplo, en caso de que no pueda ser llevadas a cabo entrevistas digitales, éstas podrían ser omitidas.
También se facilita la transferencia de aplicaciones entre países miembros (para repartir el volumen). Y se pospone el obligatorio registro de huellas digitales para cuando las condiciones sanitarias sean más favorables.
Se recuerda también que a mediados de marzo, la UE exhortó a sus miembros a restringir todo desplazamiento no esencial hacia territorio europeo. No obstante, así la información oficial, "se exceptúan las personas necesitadas de protección internacional o que se desplacen por otras razones humanitarias respetando el principio de no-devolución”.
Así las cosas -desde el terreno y dando apoyo humanitario con las manos atadas por el confinamiento-, Bonilla ve con buenos ojos la flexibilización del reglamento. "Si la persona ya logró salir de su país y está solicitando asilo desde otro lugar, sería importante también que no les exigieran tantas pruebas de que estuvieron a punto de ser asesinados”, agrega.
Por otro lado, si bien los vuelos humanitarios organizados por Bruselas deben continuar, "se debe garantizar el acceso. Por lo menos para Colombia, en este momento, con solicitud de asilo aprobada la gente debe cubrir su costo, que es ridículamente excesivo”, concluye.
Fuente: Dw.com
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