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martes, 14 de agosto de 2018

Chile y el negacionismo de la dictadura.


La salida del Ministro de la Cultura en Chile, Mauricio Rojas, por sus dichos en contra de la memoria de miles de personas que sufrieron en la Dictadura de Pinochet, al catalogar el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos como un “Montaje”, es una muestra de lo débil que es el arrepentimiento (si es que lo hay) de la derecha en ese país.


Juan de Dios Parra, secretario general de ALDHU, califico de “victoria” la salida de Rojas de la cartera de Cultura en Chile, esto por la unidad que se logró en torno a la nefasta figura del mencionado Ministro, y puntualizó además que “es doloroso ver que una autoridad se refiera a “Montaje” a un lugar pensado y diseñado para mostrar el horror que se vivió en el pasado reciente de Chile”.

“Las palabras de Rojas y la defensa que le realizaron varias personalidades de la derecha, políticos e intelectuales, nos hace reflexionar en si realmente hemos avanzado en el respeto hacia los derechos humanos, el negacionismo, la falta de empatía aún persisten en la derecha Chilena, y eso es lo que debemos seguir combatiendo, porque sólo entendiendo que los derechos de las personas trascienden a una visión política, será valido el “nunca más” agregó.

A continuación compartimos una reflexión de la periodista Chilena para CNN, Mónica Rincón, con relación a la salida del Ministro de Cultura del Gobierno de Sebastián Piñera:

Mónica Rincón: “La salida de Rojas recordó por qué es tan importante que exista este Museo de las cicatrices de Chile”
"No es contexto lo que nos falta. Lo que nos falta es una Memoria Compartida. Es que de veras todos estemos por un Nunca Más", dijo la conductora de Marca Registrada tras la salida del recién nombrado ministro de la Cultura.

Todos los huesos hablan penan acusan
alzan torres contra el olvido
trincheras de blancura que brillan en la noche
El hueso es un héroe de la resistencia

Es imposible escuchar este poema de Oscar Hahn y no estremecerse y pensar en las fosas comunes de la dictadura o casos horrorosos como el de Lonquén.
Casos que recuerdan lo imperioso de asumir el respeto a los DD.HH. No a veces, no si es que no hay violencia, no para algunos. Aquí, en China, o en Cuba, porque no hay contexto en que su violación sea menos grave.
Y sobre eso no hay unanimidad en Chile. Triste, pero cierto. Cuando volvemos a mirar la dictadura de Pinochet, no pocos insisten en que las víctimas no eran blancas palomas, juegan al empate o exigen el contexto aunque después aclaran que no es para justificar el horror.
La salida del ahora ex Ministro de Cultura no fue porque no se pueda criticar al Museo de la Memoria, lo que no se debe es injuriarlo. Es decir que es un montaje.
Y porque es inaceptable manifestar como él hizo, que la víctima es en algo culpable y que tiene mucho que perder si reconoce que “ayudó a crear los caminos por donde transitaron los tanques”. Es como decir: “se lo buscaron”.
La salida de Rojas recordó por qué es tan importante que exista este Museo de las cicatrices de Chile, de esa oscura noche de 17 años.
No es contexto lo que nos falta. Lo que nos falta es una Memoria Compartida. Es que de veras todos estemos por un Nunca Más.


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