Bogotá D.C, 26 de septiembre de 2016
Hoy es el día de la más alegre de las despedidas:
la despedida de la guerra.
Nos unimos a la fiesta más importante del último siglo en Colombia con la alegría de haber sido, junto con otras mujeres en Colombia, sujetos políticos de este proceso desde hace más de 30 años. Este día deseado y especialmente labrado por las manos, la palabra y el trabajo de jóvenes, mujeres y hombres de distintas generaciones ha llegado.
Nos unimos a la fiesta más importante del último siglo en Colombia con la alegría de haber sido, junto con otras mujeres en Colombia, sujetos políticos de este proceso desde hace más de 30 años. Este día deseado y especialmente labrado por las manos, la palabra y el trabajo de jóvenes, mujeres y hombres de distintas generaciones ha llegado.
La Casa de la Mujer felicita y celebra la firma del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” en Cartagena. Hemos ganado ético y políticamente porque hemos cambiado las balas por la palabra, la eliminación del contradictor por el reconocimiento de él, la confrontación por el diálogo.
Con una gran alegría, acogemos y cobijamos el compromiso que nos ha vinculado siempre a la paz y las responsabilidades que como mujeres, tendremos frente a la construcción de la paz.
Esta es la oportunidad para seguir trabajando por un país en paz con justicia social. Trabajaremos por la convivencia democrática en el espacio público y el espacio privado, por la inclusión, por el acceso a la tierra y la distribución justa de la riqueza, los recursos, los servicios y las oportunidades. Trabajaremos porque todas las mujeres seamos pactantes de lo acordado, nos proponemos así continuar radicalizando la democracia.
Por una democracia radical, hacemos un llamado urgente al Ejército de Liberación Nacional para que se siente en la mesa de diálogo. Urgimos al Estado colombiano a que fortalezca su lucha frente al paramilitarismo, que también debe desarmarse.
Llamamos a las partes a cumplir lo acordado y al gobierno nacional para que fortalezca no solo su presencia en los municipios directos y los aledaños con zonas veredales transitorias y campamentos.
El despedirnos de las armas implica darle un lugar a la educación, a la salud, a la cultura, al deporte y la recreación, y a los mecanismos alternativos de justicia en aquellas zonas más afectadas por la violencia y el despotismo del poder.
Felicitamos a todas y todos las colombianas y los colombianos por demostrar a nuestras generaciones y a un mundo afectado gravemente por la creciente hegemonía de la violencia pública y privada, que el gran valor de la existencia reposa en la rica complejidad del ser humano y su inmensurable capacidad para demostrar que la violencia no es un destino, mientras que la paz sí un derecho de todas las sociedades.
Reconocemos y valoramos el trabajo juicioso que durante cuatro años llevaron a cabo la delegación del gobierno colombiano y las FARC-EP, y la voluntad política de ambas partes para superar las dificultades que se presentaron en la Mesa de Conversaciones.
Agradecemos a los gobiernos de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile sus gestiones y el acompañamiento brindado a la Mesa de Negociaciones, y el apoyo de la comunidad internacional representada en el Sistema de Naciones Unidas, Unión Europea, Estados Unidos, Suiza y Suecia.
Y nuestro agradecimiento y reconocimiento a las víctimas, a las organizaciones sociales, y los hombres y mujeres que apoyaron sin descanso la Mesa de Diálogo.
Casa
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@Casa_la
Tel. 2218785
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