Los 358 participantes, dirigentes, voluntarios,
líderes de organizaciones de América Latina y el Caribe, que se dieron cita en
Paraguay, por su voluntad y recursos propios, nos constituimos en un
amplio debate, para encontrar las causas que originan marginalidad a las personas
de avanzada edad, en especial con la mayoría que no disponen de un sistema
previsional en la vejez y los jubilados en varios países con irrisorias
pensiones; los gobiernos neoliberales culpan a los jubilados la crisis
económica; solo cumplen programas mediáticos, asistencialistas; el
incumplimiento de los estados, se amplió el análisis con nuevos indicadores
como: Pobreza, Maltrato, Edadismo - Discriminación y falta de Participación
Política, como síntesis agrego las siguientes conclusiones.
Pobreza.- La
pobreza en la vejez persiste como un problema estructural y multidimensional;
por la pobreza se ven sometidas las personas a discrimines, a medida que
envejecen por falta de oportunidades y la disminución de los ingresos por
salarios o pensiones; esto afecta no solo a la persona mayor sino al núcleo
familiar, más cuando se enfrentan enfermedades y/o discapacidades, aumentan los
problemas económicos, de salud, oportunidades educativas, recreativas,
culturales y el riesgo por el deterioro de las relaciones afectivas.
Maltrato.- En
diferentes modalidades (físico, financiero, patrimonial, económico, sicológico,
social e institucional), se mantiene como un problema prioritario, no se ha
logrado disminuir, al contrario aumenta día a día. La indolencia frente al
abuso, maltrato y violencia, desconociendo y desatendiendo las verdaderas
causas de su existencia, se oculta con la puesta en marcha de programas
costosos pero ineficientes. Las personas mayores siguen siendo víctimas
principalmente de violencia sicológica, abuso patrimonial, abandono y
negligencia.
Edadismo y
Discriminación Múltiple.- La reducción de políticas a un enfoque
subsidiario y asistencialista, mantienen a las personas mayores como objeto de
compasión y no como sujetos de derecho. A pesar de la Declaración de la
ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y comunidades étnicas, y la
Convención Interamericana de Derechos Humanos de las personas mayores continúan
excluidos.
De igual
manera las personas afrodescendientes son objeto de discriminación racial
estructural e institucional, xenofobia y otras formas de intolerancia;
desigualdad, marginación y estigmatización, bajo nivel de participación y
representación.
Participación.-
Es evidente el doble discurso, al tiempo que se menciona, e incluye en los
documentos y se reconoce como derecho humano en su dimensión política, se
excluye en la práctica, se limita y se obstaculiza el acceso a líderes y las
organizaciones de base, en los espacios de representación política.
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