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jueves, 16 de julio de 2015

Juan de Dios Parra señala que "Libertad de un Torturador Chileno es una falta de respeto por los DDHH"

Su más profundo rechazo manifestó el secretario general de ALDHU, Juan de Dios Parra, luego de conocer la noticia de la libertad condicional por parte de la Corte de Apelaciones de Santiago, para Alejandro Sáez Mardones, ex agente de la DICOMCAR durante la dictadura de Pinochet.

"No es posible que quienes cometen crímenes de lesa humanidad estén libres como si el crimen cometido fuese un delito común" con estas palabras el abogado Juan de Dios Parra reaccionó ante la libertad del asesino de José Manuel Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino.

"Concuerdo plenamente por lo planteado durante estos días desde los ex trabajadores de la Vicaría de la solidaridad, ellos manifiestan que "los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles e inadmisibles".

"Espero al igual que ellos que la Presidenta Bachelet y los legisladores juegen un rol determinante a la hora de corregir esta falta hacia miles de compatriotas torturados y ejecutados por seres deleznables como Sáez Mardones" finalizó Parra.



Los ex trabajadores de la Vicaría expresaron a través de una misiva que:

"Nos duele esta decisión, nos trae nuevamente al presente los hechos ocurridos hace treinta años, un 29 de marzo de 1985, cuando el país entero se conmovió ante estos asesinatos. La sociedad chilena no puede olvidar, hace mal a nuestra convivencia democrática, ya suficientemente dañada por el desprestigio  de nuestras instituciones y el débil funcionamiento de nuestra democracia. Decisiones de este tipo suman a este desprestigio.

La consternación que nos causó el alevoso asesinato de José Manuel Parada, de Santiago Nattino y de Manuel Guerrero , perpetrado cobardemente el 29 de marzo del año 1985 , tuvo como efectos inmediatos el asombro ante ese sangriento  horror, porque  éramos compañeros de trabajo de José Manuel Parada,  nosotros , quienes  escuchábamos día a día las brutalidades cometidas al amparo de la dictadura  sufrimos el impacto,  una sensación de ahogo,  quedamos   desconcertados, sin aliento;  nos preguntábamos, vagando por las salas de la Vicaría, ¿por qué?



         Ahora,  ahora estamos indignados: el día 10 de julio pasado, una sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, conociendo de un recurso de protección, acogió los planteamientos de uno de los autores materiales, cuyo cuchillo cercenó la vida de José Manuel. La Corte, por razones de técnica legal, lo ha dejado libre, haciendo ver que no correspondía a ese tribunal considerar  la  extensión del daño causado, o lo que es lo mismo, la tremenda trascendencia que tuvo éste y otros  crímenes de lesa humanidad. No les corresponde, dicen estos jueces, más que sumar años de cumplimiento, añadidos a buena conducta penitenciaria, para aplicar la ley. Y liberar a los asesinos.
       Sostenemos que están muy  equivocados estos jueces, ya que están  abrogándose facultades que los superan ,  están  indultando  a un transgresor  de graves crímenes contra  los derechos humanos , a un autor de un crimen de lesa humanidad ¡No se trataba de un asesinato que afectaba a la comunidad cercana, o a la ciudad de Santiago, o al país, no. Era un crimen contra la humanidad entera y, por lo tanto, no existe una autoridad nacional  que en nombre de todos los afectados –la humanidad entera– tenga tales poderes para liberar a quienes  condenaron y ejecutaron  la muerte de Parada, Nattino y Guerrero, amparándose en su calidad de agentes del  régimen. Sostiene la corte que bastan y sobran  años y  la buena conducta carcelaria en Punta Peuco. Pero no es así. 

Este crimen que lesiona a la humanidad  –de ahí el nombre– trasciende nuestro sistema jurídico reglamentario de beneficios carcelarios. Tampoco  se trata de  venganza, sino que de respeto. Las víctimas de estos crímenes merecen respeto basado en principios de justicia, de protección a los derechos humanos  y de dignidad de sus familias, especialmente de sus familias. Los asesinados, inermes, no habían hecho daño a nadie, pero a ellos, sus asesinos,  uno de ellos ahora libre, no les dieron siquiera tiempo para implorar  por  sus vidas. No. Nuestros jueces deben velar no sólo por lo que es “legal”, sino por lo que es justo,  y en este aspecto, hay suma injusticia, suma injuria!  Recordamos en este momento al  Ministro José Cánovas, quien, arriesgando su posición, logró en aquellos tiempos en los que ser juez de tal calidad acarreaba riesgos personales, logró investigar y develar estos crímenes. Qué diría ahora aquél valiente juez ante este fallo que nuevamente nos hacer revivir etapas de la nefasta   oscuridad  de la dictadura.

Sostenemos que, si hay algún reglamento, o una ley carcelaria que permita indulgencia con los autores de crímenes de lesa humanidad,  deberá esa ley, ese reglamento, modificarse o derogarse para que se sustraiga  explícitamente del conocimiento de jueces nacionales este poder de tamaño indulto que ni siquiera tiene la Presidencia de la República.


            Directiva de la Asociación de Ex Trabajadores de la Vicaría de la Solidaridad y del Comité Pro Paz.

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